Planificando un futuro más verde

Cuando se habla de cambio climático, de calentamiento global, de cómo se funden los polos y los glaciares, de lo que se está departe, funda mentalmente, es sobre supervivencia. No nos llamemos a equívocos. Las personas, igual que las empresas, nacen, crecen, con suerte se reproducen, y mueren. Algunas incluso se mantienen como zombis, eso es cierto. Pero a todos, al final, les llega el San Martiño. El caso es que en la actualidad hablamos de una posible nueva extinción global, y hay que tomar medidas drásticas para evitar dicho escenario. En la comunidad gallega las tenemos. Hay un plan que establece que, de aquí a 2030, el 85 % de toda la electricidad que consumamos provendrá de fuentes renovables; por ese camino lograremos reducir a mucho menos de la mitad las emisiones contaminantes. Además, hablamos de movilizar inversiones que solo en el próximo bienio de vigencia de dicha agenda movilizaran unos 1.500 millones de euros de inversión, de ellos 630 públicos, contribuyendo a generar 11.500 nuevos puestos de trabajo. Estamos ante un win-win de libro, porque la apuesta por lo verde lo es también por el futuro económico de Galicia, por el empleo de calidad, el bienestar climático y, definitivamente, la vida. Si todos los países siguiesen el ejemplo gallego otro gallo nos cantaría. Se podrían lograr, con gran margen, los objetivos climáticos de la cumbre de París.