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Un debate de política general

    • 14 oct 2021 / 01:00
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    NI DEMASIADO BOMBO NI MUCHO PLATILLO. El primer debate de la legislatura sobre el estado de la autonomía, el décimo que se celebra desde que Alberto Núñez Feijóo manda en San Caetano, no brilló por el número de anuncios expuestos por el presidente desde la tribuna que, más bien, fueron pocos en comparación con ocasiones anteriores. Pasada la primera hora de su discurso (duró algo más de dos), el titular del Ejecutivo autonómico solo había presentado una propuesta merecedora del gran titular en los periódicos digitales: la guardería será gratis para todos los niños gallegos. Luego vinieron otras iniciativas de gobierno, como una rebaja de impuestos que no se concretó, el aumento del gasto social hasta el 71 % de los orzamentos, el nuevo modelo de residencias que incluirá grupos máximos de convivencia, un centro especializado en enseñanza digital, la carrera investigadora, una delegación de la Xunta en Ferrol, más descuentos en el transporte... Habrá que esperar a hoy, cuando se presenten las propuestas de resolución, para una mayor concreción en lo que acción del ejecutivo se refiere. Pero no por ello careció el debate de la autonomía de menor importancia. Al contrario. En la nueva normalidad que vivimos, cuando el país vive momentos trascendentales para su futuro social y económico, Feijóo optó por poner el acento en la política con mayúsculas, y centró buena parte del debate en lo que Galicia se juega, dentro y fuera de sus fronteras. Porque es más allá del Padornelo donde, para disgusto del presidente gallego, que lleva meses abanderando la necesidad de una mayor cogobernanza, se decide el reparto de los fondos Next Generation, que marcarán sin duda el rumbo de España y Galicia en las próximas décadas. O porque será también en el contexto estatal donde se fijen los criterios del nuevo modelo de financiación autonómica, que tanto preocupan en la Xunta. O porque a Galicia –lo dijo alto y claro el de Os Peares– le gustaría que el clima político que se respira en España fuese otro, o que la estabilidad de un gobierno –el de Pedro Sánchez– no se consiga a base de prebendas. No se trata, como lamentan Pontón y Caballero, de hacer oposición al ejecutivo de coalición ni echar balones fuera, sino de reivindicar lo que es justo –vital también– para Galicia en un momento en el que se están tomando grandes decisiones de las que depende la recuperación justa que se quiere y el estado futuro de la autonomía. De eso fue el debate de ayer, de política general, que es como en realidad se llama a la sesión plenaria, junto a la de presupuestos, más importante de las que se celebran en el Pazo do Hórreo.

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