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Reseña Musical

“A Escola na Cidade”, en el Paraninfo da Universidade

    • 24 mar 2021 / 01:00
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    Segundo concierto propuesto por la “EAEM” en su apartado “A Escola na Ciudade”, en colaboración con la “USC”, y que se ofrece en el Paraninfo da Universidade- viernes, 26, a las 20´00 h.-, en el que repiten cuartetos de cuerda, con interpretación de Alumnos de Curso Avanzado de Especialización Orquestal. Para esta cita, alumnos del profesor Tilman Kirchner, que se harán cargo de dos obras, un Haydn muy de repertorio como es el “Cuarteto en Si m. nº 1, Op. 33” y una obra menos frecuente, casi por descubrir de Fanny Mendelssohn-Hensel (1805/47). Serán ellos Manuel Jesús Muñoz Martínez y Sabela Hughes Sanmartín, violines; el viola Vicent Mañez Masia y la chelista Carmen Martínez Campos, quien ya estuvo el pasado lunes con el “Cuarteto en Sol m. Op. 10” de Claude Debussy, procedente entonces del aula de Carlos Méndez. F.J. Haydn, en su amplísimo y fundacional catálogo de obras para esta formación, es maestro indiscutible y necesario para los intérpretes más diversos.

    Efectivamente, no hay curso en el que no nos sintamos obligados a ubicarle como norte preceptivo. En atriles y para el común solaz, el “Cuarteto en Si m. nº 1” del “Op. 33 Ho.III.37”, número de catálogo proveniente de la edición príncipe de Artaria, de abril de 1782 y cuya fecha de creación podrá cifrarse entre junio y noviembre del año precedente. Esa edición, recibirá un reparto escalonado que partiendo del quinto, pasará por el segundo, este que nos afecta, el tercero, el sexto y el cuarto. Cuartetos que en ciertas ocasiones, acabarán recibiendo el título de “Cuartetos Rusos”, en consideración al gran duque Pablo de Rusia, futuro zar Pablo I, aunque la susodicha edición, no hará la menor referencia al hecho. Se confirmará con todo en la publicada en el siglo XIX, donde puede leerse al Gran Duque de Rusia. Para enmarañar el asunto, nos toparemos con otra asignación no menos aceptable, “Gli Scherzi”, a consecuencia de la denominación “scherzo”, de los acostumbrados “minuetos” y para cerrar tan complejo tema, aceptémosles como “Jungfern Quartette” o “Cuartetos de las Doncellas”, por la portada de la edición dada a conocer por el honorable Hummel, en 1782.

    Serán los primeros cuartetos claramente de dimensión popular, ya que incluyen los “Finales”, en forma de “Rondó” o de variaciones (solo hay uno en forma sonata), concretamente el que se nos ofrece, con un Final “Presto” 2/4, en el que se afirma contundentemente esa tonalidad en Si menor. Una dimensión muy popular dentro del estilo fin de siglo, para una serie de cuartetos que habrán de causar sensación, y cuyo estro sabrá calar en sus precisos parámetros su muy apreciado alumno Wolfgang Amadeus Mozart y demás continuadores. Incuestionable ley de vida para un género que será tentación irresistible para los compositores avezados hasta la actualidad. Europa clamará por el profundo significado de este tipo de obras.

    Fanny Mendelsson-Hensel, con el “Cuarteto en Mi b M.”, para hablarnos de ella, la excelente visión de Anna Bofil Levi en su trabajo “Los sonidos del silencio. Aproximación a la historia de la creación musical en las mujeres”, editado por “Aresta Mujeres”. La complicidad y el entendimiento entre los dos hermanos- Fanny y Félix-, fue tan grande que todavía ahora hay obras cuya autoría la musicología debe identificar ¿O quizás son obras a dúo? Sería muy probable porque los juegos musicales entre ellos fueron constantes, uno comenzaba una obra y el otro la terminaba, además Félix publicaba canciones escritas por ella bajo su nombre, como las tres del “Op. 8”, y del “Op. 9). “Romances sans paroles”, consta que fue idea de ella y factura conjunta. Se dijo de su obra:”Una música profunda que escribe con la libertad de su maestro...sus melodías se distinguen por su ternura, su calor y su originalidad...también escribe para gran orquesta y hace la instrumentación de su oratorio de Händel” (John Thomson).

    Pero Fanny no pudo actual en público. En la primera mitad del XIX, en Berlín existían muchos salones musicales en casa de damas nobles o de la alta burguesía, salones frecuentados por gentes de teatro y del mundo de la cultura y la política. A partir de 1823, el salón de Lea Mendelsson-Bartholdy, tenía un carácter más familiar porque estaba regentado por la madre de Lea, y sus dos hijas, Fanny y Rebecca, cantante ésta de fina voz Salón que más tarde refundó Fanny en su propia casa, y en la que actuó como pianista, directora de orquesta y coro. Para esas ocasiones, escribió cuatro cantatas, dirigió obras de J.S.Bach, de cuya música se encontraba muy próxima- al igual que su querido hermano-, y compuso para piano solo, música de cámara, varios cuartetos de cuerda, un oratorio y demás música vocal, para órgano y algunas misas. Durante su estancia en Roma, afirmaría su personalidad gracias a sus amistades y sus éxitos como pianista. Entre esas amistades, aparecería Charles Gounod. Acabará comentando: “No puedo negar que el placer por la publicación de mi música acrecienta mi buen humor”. Estamos en 1847, y un 14 de mayo de ese año, falleció por una hemorragia cerebral, en plena sesión de trabajo, ensayando para el concierto dominical, Su hermano Félix, destrozado por esta muerte, falleció al cabo de seis meses.

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