¿A qué está esperando Pablo Casado?

HE escrito en esta columna, y lo sostengo, que contamos con la peor oposición desde la transición. Quizá también tenemos ahora el menos bueno de los gobiernos, pero los defectos de los otros no exculpan los vicios propios.

Pablo Casado después de una errática posición respecto al estado de alarma declarado para gestionar la pandemia de la Covid 19, está ahora en una encrucijada definitiva. En sus manos está la posibilidad de provocar un giro de ciento ochenta grados en la gobernación de España.

En el PSOE muchos están deseando que Pedro Sánchez se quite de encima el lastre que representa Unidas Podemos.

Ahora que se consolida un entendimiento con Ciudadanos, y que Irene Montero y su marido han dejado muy claro con el abandono de España del rey Juan Carlos, su oposición a la forma actual del Estado, llega el momento que el Partido Popular facilite ese cambio en el Gobierno de la nación. Casado tiene los votos para que con la abstención en el Congreso de sus diputados se pueda constituir un nuevo gobierno presidido por Pedro Sanchez.

Es muy aventurado calibrar el autentico valor político de Pablo Casado, que apenas lleva dos años en la dirección del partido de la derecha española. Tiene, por tanto, una oportunidad irrepetible de mostrar su capacidad de político de Estado.

Por eso, a qué espera para echar del Gobierno a Iglesias y familia, y, al tiempo, esbozar ese gran pacto nacional que tanto necesita la economía española. No tengo ninguna duda que si en este momento estuviera en Génova una persona cercana, que todos los gallegos tenemos en mente, no solo se hubIera facilitado un gobierno moderado, sino que ese acuerdo de Estado entre Partido Popular y PSOE ya estaría dando sus frutos.