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¿Acaso va a volver
la inflación?

    • 03 mar 2021 / 01:00
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    EMPECEMOS por lo elemental, no es lo mismo que suban algunos precios a que lo haga su nivel general. Por lo tanto, no deberíamos confundir alzas puntuales con una tendencia estructural, que supondría un efecto duradero. Claro que hay ahorro embalsado, por supuesto que los planes de relanzamiento, tanto europeo como americano, pueden parecer por momentos un tanto sobredimensionados, pero los destrozos sufridos por las economías, sin precedentes, requieren vitaminar la demanda y estimular el empleo.

    Podría ser que los precios se desperezasen hasta el entorno del 2 por ciento, habida cuenta de que entramos en una etapa que algunos predicen como de “gasto vertiginoso”, pero una inflación fuera de control es muy improbable. Claro que si volvemos la vista a cierta corriente de opinión entre no pocos economistas alemanes, las dudas aparecerían, ya que los factores de incertidumbre son numerosos y en eso tienen razón.

    Si las quiebras se multiplican, disminuirá la competencia, así como el envejecimiento de la población reducirá la proporción de mano de obra, todo lo cual, sumado a las políticas monetarias y fiscales “ultraexpansivas”, constituye un riesgo objetivo de subida de precios.

    Ahora bien, la capacidad de negociación sindical está mermada en Alemania, como en otros países, por los niveles de subproducción, y aunque Berlín está llevando el IVA a sus niveles anteriores y las tasas sobre el CO2 han subido en enero, aumentando el precio de los carburantes, todo junto, incluso añadiéndole el repunte del consumo, no da para esperar un incremento sostenido de los precios.

    Estamos en un escenario de heterodoxia presupuestaria, los gobiernos han visto saltar todas las alarmas, y si bien su inyección de liquidez se va a sumar a una propensión al consumo reactivada, a medida que la vacunación se complete, las dudas de las economías domésticas galvanizarán la prudencia y, por otra parte, el consumo de servicios no es recuperable.

    Las profundas fuerzas deflacionistas están ahí, y como alguien dijo, recordando a los clásicos, “Roma no cambió de régimen de manera inmediata, después de que las tropas de César cruzaron el río”.

    No se ve un escenario de repunte inflacionista en el horizonte y si, por acaso, las inyecciones de liquidez subieran la temperatura de la economía, el BCE podría ir reduciendo la munición. En cualquier caso, no sabemos todavía cómo la pandemia va a afectar al comportamiento empresarial y al del consumidor en el largo plazo, que en alguna medida podrían inducir cambios que invalidarían previsiones demasiado lineales, El tiempo dirá.

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