El Coleccionista

CADA lectura encierra mil y una sorpresas. El Coleccionista, así se titula este libro, podría entenderse como un cuento largo o, si se quiere, como una novela corta. Su autora es Tesi Rivera y la publica Círculo Rojo Editorial. No es primeriza en estas lides. En su novela Regreso a China, publicada en el año 2012, ya se nos mostró como una brillante escritora, labor en la que mantiene la ilusión del primer día.

Define al personaje principal, Jaime, como “un gran escultor, y pintor también, aunque menos”. En una cena, y en lo que en ella acaece, transcurre lo fundamental de esta historia. Los que allí están, con Jaime, son coleccionistas de arte y todos ellos interesados por conseguir esa obra que cabe considerar como “única”. Siendo así el relato no deja de ser, también, un consciente homenaje al arte, tanto en la vertiente de quien lo lleva a cabo como de todos aquellos que lo admiran y hasta lo quieren, siempre teniendo a la obra artística, y a la creatividad que conlleva, como referente que lo justifica todo.

En cuarenta y cinco capítulos se reparten sus ciento doce páginas, lo que hace que cada uno de ellos sea sumamente conciso; se estructuran todos ellos con una extensión que no supera los tres párrafos. Tesi Rivera escribe de forma aguda, precisa, utilizando, en cada caso, el adjetivo adecuado. Es profunda en su discurso y rica en vocabulario. Ella quiso, en este caso, construir “... una historia de amistad, de lealtad, de amor al arte y de misterio”; en definitiva, un ambicioso objetivo al que se ha enfrentado y que resuelve con indudable éxito. En algún lugar de este libro se recoge este pensamiento de Virginia Woolf: “Los libros son el espejo del alma”; pues bien aquí su autora nos permite ver algo de la suya.