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“Hasta aquí puedo leer”

    • 03 feb 2022 / 01:00
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    ESTA va a ser mi primera colaboración escrita en castellano. La razón es sencilla, va sobre el concurso que ha levantado polvareda en todo el país este fin de semana y no deseo ser malinterpretada en ningún sitio.

    Por eso quiero dejar claro de antemano que creo que cuando se acepta participar en un concurso, de filloas o de música, deben respetarse las reglas del juego: o se juega o no se juega. Eso incluye la decisión final compartida por igual por un jurado profesional y el público. No nos rasguemos las vestiduras: quien participa, lo sabe. Y quien vota, profesional o no, también. El problema surge y las frustraciones aparecen cuando se vende el concurso como la panacea de la participación popular y después no resulta así.

    Precisamente eso fue lo que sucedió la noche del sábado en el Benidorm Fest. Ocho finalistas que sabían a qué jugaban, un jurado compuesto por cinco profesionales y millones de personas que votaron libremente. ¿El resultado? Una ganadora más apoyada por el jurado que por la ciudadanía, con un producto ya inventado pero que funciona, una puesta en escena explosiva pensada específicamente para la tele y una intérprete también explosiva que se curró su espectáculo y debe ser respetada por ello.

    Hasta ahí, todo perfecto, pese a gustos, disgustos y demás. Pero entonces leímos la letra de la canción: “Si tengo un problema, no es monetary. Yo vuelvo “loquito” a todos los daddies. Yo siempre primera, nunca secondary. Apenas hago doom, doom con mi boom, boom y le tengo dando zoom, zoom por Miami. Y no se confundan “señora” y “señore”. Yo siempre “toy” ready a romper cadera, “pa” romper corazones (...) Te gusta todo lo que tengo. Te endulzo la cara en jugo de mango. Se te dispara cuando la prendo hasta el final, yo no me detengo. Take a sip of my cola un poco salvaje. Make it go like pa”.

    Y cuando hablo de la letra no me refiero a su análisis sintáctico, sino a su mensaje. Machismo del más rancio. Sólo hace falta fijarse en las frases entre “Si tengo un problema” y “por Miami” o traducir las dos que he reproducido en inglés. Machismo rancio que tira por tierra la histórica lucha feminista por la no consideración de las mujeres como simples objetos.

    A mí hacía muchos años que el festival no me interesaba, pero reconozco que he estado enganchada estos días a todo el proceso anterior y posterior. De lo abundantísimo posterior me dejaron pasmada la audiencia (líder del sábado con una cuota de pantalla de un 21% de media en España y un 49,6% en Galicia) y el arrase de la final entre los jóvenes (de 13 a 24 años, se situó en un 36,7% y de 24 a 44, en un 31,2%).

    Gente joven, que no con-sume ni un segundo de tele, pegada a una cadena un sábado por la noche. Un éxi-
    to, pero una preocupación
    si lo enlazo a las memorias de la Fiscalía General del
    Estado, cosas de la deformación profesional.

    Las de la última década evidencian el terrible aumento de los delitos de violencia digital contra la mujer especialmente entre adolescentes; de la dominación de los chicos sobre las chicas jóvenes y de los abusos sexuales cometidos por menores varones (como ejemplo, entre 2018 y 2019, un 20% más).

    Como decían en otro, famosísimo, concurso televisivo: “Hasta aquí puedo leer”.

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