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RESEÑA MUSICAL

La mezzosoprano María José Montiel: Cátedra de canto del “LXIII Curso U. I. de Música en Compostela”

    • 06 ago 2021 / 01:00
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    La mezzo Mª José Montiel, se hace cargo de la Cátedra de canto del ”LXIII Curso U.I. de Música en Compostela”, ocupando la plaza de Ana Mª Sánchez, quien por razones de fuerza mayor, se vio obligada a renunciar a la misma por problemas de salud. Mª José Montiel, fue Premio “Lucrecia Arana” del Real Conservatorio de Madrid, antes de ampliar formación con Ana Mª Iriarte, Sena Jurinach y O. Miljakovich, en Viena. Sus cualidades vocales, le permiten devaneos con variados roles para la cuerda de mezzo y al comenzar su carrera en Viena, comprendió algo fundamental que no abunda en los tiempos actuales: el hecho de mantener una buena línea de canto para alcanzar con éxito esas necesidades de dominar delicados aspectos emotivos y expresivos. Entre esas grandes virtudes de su personalidad musical, sobresale la versatilidad de la propia voz en amplitud de registros. Para ella, tuvo realmente suerte al poder interpretar todos los géneros musicales, desde el oratorio a la ópera, pasando por la zarzuela y en especial, la canción española, el lied alemán y la mèlodie francesa.

    Tras formar parte del elenco de la Ópera de Viena, entre 1988 y 1991, en donde debutó en el rol de “Gerhilde”, en la producción de “La Walkiria”, en la que descollaron figuras como C. Ludwig, Simon Estes o G. Jones, tuvo el privilegio de probar con roles de riesgo, al servicio de Steinber, Fischer, Stein, y otros grandes, pasando por papeles mozartianos, belcantismo de probada exigencia, y esa “Carmen”, que siempre mantuvo como clave de referencia y por la que es reconocida. No podemos dejar al margen, por el momento de relevancia, su interpretación del papel de “Salud”, de “La vida breve”, de Manuel de Falla, con motivo de la inauguración del Teatro Real, tras su recuperación para la lírica, y que compartió con Jaume Aragall, dirigida por el añorado García Navarro, con puesta escénica de Francisco Nieva, o el trabajo en los principales papeles de ”Las golondrinas”, de Usandizaga, con Vicent Sardinero, bajo la producción de J. Carlos Plaza. A mayores, toda una curiosidad que malamente sobrevivió a su recuperación, se trata de la ópera “Merlin”, con tintes wagnerianos, de Isaac Albéniz, o “Pepita Jiménez”, realizada para el histórico Festival de Peralda, y que se daría en Montpellier y en Madrid.

    Plácido Domingo la invitó para la reapertura de otro coliseo de élite, el Teatro Avenida, de Buenos Aires y que repetirá un año después en el Teatro Real, de Madrid, pero un detalle a tener en cuenta, es su debilidad por el recital con acompañamiento de piano, que ocupa un lugar de preferencia en su carrera. En concreto, cada lied, supone una pequeña gran obra dramática y tan solo con el ilustre Miguel Zanetti, habrá interpretado más de 40 recitales, abarcando épocas y estilos que van desde los clásicos románticos-Schubert, J.Brahms, Schumann o Tchaikovski-, a su estimada canción española de concierto, que goza de gran prestancia en sus recitales. Una idea nos la da el estreno de “Ojos de verde luna”, de Tomás Marco, para la conmemoración de los 25 años de la Constitución y ofrecido en el Teatro Real.

    Guarda sus apreciaciones para este género querido de la canción española, contribuyendo a la recuperación de obras desconocidas. Una canción que es muestra de nuestra maestría e inspiración, hereda a través de generaciones, a la altura de los coetáneos europeos de cada momento, desde finales del XIX hasta la actualidad, compaginando igualmente con una poesía a la altura de las exigencias. Trabajo pues de estudio y recreación, en el que la zarzuela está también presenta, repertorio complejo, que no se puede abordar, sin tener un sólido conocimiento musical que permita su comprensión. Además de acceder a los compositores, produce un gran enriquecimiento a la hora de interpretar esas obras en beneficio de las características musicales del conjunto.

    Cantante dotada de una voz soberbia, timbrada y rica en armónicos, carnosa y cálida, con una gran extensión, gracias a su apreciable volumen, se había iniciado en los años de tanteo como soprano, pero ya dentro de un asentamiento de las posibilidades ansiadas, prefirió decantarse por la cuerda de mezzo, con la que llegaron los mejores resultados artísticos y profesionales. Para el puntilloso especialista en canto, Arturo Reverter, nuestra cantante para el curso que inaugura como docente, parece definitivamente segura en este planteamiento que resulta provechosamente definitivo. Muestra entre sus cualidades, un centro siempre amplio y sonoro, con graves muy naturalmente apoyados, al moverse en tesituras más graves, que sirven de perfecto sostén a unos agudos que actualmente se antojan más firmes, timbrados y desahogados, de mayor vibración y entidad que los de su etapa anterior. Casa bien en el campo de las mezzosopranos líricas, aunque compactas, de relativa oscuridad tímbrica. No descuida con todo el repertorio contemporáneo, como ya se vio con Tomás Marco o los monográficos como el dedicado a E.Toldrá, con su querido Miguel Zanetti.

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