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La vacuna esterilizante intranasal, esperanza para acabar con la pandemia

    • 02 sep 2021 / 00:31
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    “De la experiencia acumulada en los últimos meses hemos aprendido que la inmunidad de rebaño es imposible dadas las características de la enfermedad de la COVID-19, la naturaleza de las vacunas actuales y la variante delta amenazante en todo el mundo”

    CUANDO se puso en marcha la campaña de vacunación en diciembre de 2020, el objetivo era alcanzar la inmunidad de rebaño (70% población vacunada), pero la situación ha cambiado radicalmente, lo cual implica que hay que vacunar a toda la población. La mayor virulencia y contagiosidad de las nuevas variantes (sudafricana, brasileña, británica) y muy especialmente la delta, con una velocidad de propagación muy elevada, ha disparado los contagios en gran parte del planeta, y duplica el riesgo de hospitalización entre los no vacunados.

    Sabemos que las vacunas actuales son seguras y eficaces, evitan la enfermedad grave y la muerte, salvan vidas; pero no son perfectas, no evitan el contagio (disminuye el 50-70% la capacidad de transmisión en personas vacunadas, pero no el 100%), permiten que se transmita la enfermedad de forma silenciosa, lo que es mucho peor para los no vacunadas, que tienen que vacunarse si no quieren asumir riesgos de ingresar en el hospital/UCI o de muerte. Con estas vacunas no vamos a alcanzar la inmunidad de rebaño, cuando el virus se pone en contacto con personas vacunadas, son susceptibles de contagiarse, multiplicar el virus y contagiar silenciosamente a otras personas de manera muy rápida, cada persona no vacunada tiene un riesgo potencial de infectarse.

    La buena cobertura vacunal (el 70% de la población española y europea ya está inmunizada con la pauta completa) ha reducido considerablemente la mortalidad y la presión asistencial (sobre todo en UCIs), pero no puede impedir los contagios. Mientras siga circulando el virus, lo peor que podemos hacer es confiarnos, hay que mantener las restricciones a la interacción social desprotegida, medidas de salud pública y de protección individual (distancia física, uso de mascarilla, ventilación en locales interiores) o habrá nuevas olas (con la vuelta al cole de los niños <12 años sin vacunar es muy posible que llegue la 6º ola).

    La OMS prevé que a causa del SARS-CoV-2 habrá unas 236.000 muertes más en el continente europeo antes del 1 de diciembre; la pasada semana el número de fallecidos aumentó un 11% (incremento que confirma esta previsión), aumentaron los contagios >10% en 10 de los 53 países de la Oficina Regional para Europa; el ritmo de vacunación se ha ralentizado y ha llegado a disminuir en un 14% a causa de la falta de vacunas y/o a que los no vacunados se resisten a vacunarse; situación que hay que revertir cuanto antes. En España la tarea más urgente es vacunar a cerca de 10 millones de personas para completar la cobertura vacunal, ya que la vacuna es crucial para evitar un incremento de contagios, la enfermedad grave o la muerte.

    “El avance de la vacunación universal y la llegada de las vacunas esterilizantes: piezas clave para acabar con esta pandemia, que dejará paso a una COVID-19 endémica residual”

    Con tasas de contagio de SARS-CoV-2 elevadas en el tiempo, existe el riesgo de nuevas mutaciones del virus y que surjan nuevas variantes que puedan eludir la eficacia de las vacunas actuales, poniendo en peligro la estrategia de vacunación actual. Hay que vigilar cómo se comportan las variantes actuales y evitar que surjan nuevas variantes, reduciendo la incidencia y vacunando a todo el mundo. La EMA/ECDC acaba de pronunciarse sobre la 3ª dosis de refuerzo: considera que solamente se debe administrar a personas inmunodeprimidas, pero no en la población general. España creo que acabará administrando la 3ª dosis a los grupos más vulnerables. Israel ya la está poniendo (Pzifer) a los >40 años (eficacia del 86%) y muy pronto empezarán a administrarla a los >60 años en Reino Unido, Alemania, Francia.

    Desde mi punto de vista sería muy precipitado administrarla a la población general, no hay suficiente evidencia científica sobre la duración de la inmunidad en personas vacunadas ni en las que han pasado la enfermedad. Es normal que los niveles de Ac en sangre (inmunidad humoral) desciendan con el paso del tiempo, lo cual no significa que la persona esté desprotegida frente al SARS-CoV-2, ya que la inmunidad celular ejerce un papel mucho más importante para responder a la invasión del virus a través de los linfocitos T y B. Es verdad que personas muy mayores o inmunodeprimidas es muy probable que no respondan adecuadamente al ataque del virus debido a que tienen muy debilitado su sistema inmunitario; de ahí que la FDA haya autorizado una 3ª dosis a personas con este perfil, pero todo parece indicar que la población general sigue teniendo una protección muy fuerte frente a la COVID-19 grave.

    La efectividad de las vacunas actuales ante la variante delta es sensiblemente menor para evitar contagios, pero siguen bloqueando la enfermedad grave por COVID-19 y la muerte. Las multinacionales farmacéuticas son las más interesadas en aplicar la 3ª dosis, pero la prioridad debe ser que nadie se quede sin vacunar (no es justo que Europa y Norteamérica vacunen a buen ritmo y que en África haya escasez de vacunas). Estamos ante un problema global que necesita soluciones globales, por este camino no acabamos con esta pandemia.

    Reajustar las vacunas actuales a las nuevas variantes y abrir un 2º período de vacunación o disponer de una nueva vacuna que incluya los Ag asociados a las nuevas variantes amenazantes, me parece más sensato e inteligente que precipitarse con una 3ª dosis con las vacunas actuales, ya que va a suponer realizar un esfuerzo enorme e invertir muchos recursos para no conseguir el objetivo deseado. Cabe destacar la vacuna intranasal esterilizante de una sola dosis del CNB-CSIC que lidera el Dr. Enjuanes, que verá la luz en 2022, es nuestra esperanza para acabar con esta pandemia, ya que protegerá contra la infección y la transmisión del SARS-CoV-2. Esperemos que sea más bien pronto que tarde, por el bien de la Humanidad, que lo agradecerá.

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