Mentiras y poder judicial
EN manifiesto intento de demostrar en la práctica lo que Goebbels puso de moda en el Gobierno de Hitler de que una mentira repetida mil veces acaba siendo percibida como verdad, el Gobierno Sánchez lleva largo tiempo siguiendo el consejo del ministro de Instrucción Pública y Propaganda nazi sobre la pretendida independencia del Consejo General del Poder Judicial, que su renovación nada tiene que ver con el Gobierno y sí con las Cortes Generales, que los jueces ya se eligen entre sí y aún, en el colmo del engaño, al presumir de que el sistema judicial español, lo dice sin la menor vergüenza la ministra del ramo, Pilar Llop, es “el más independiente de Europa”.
Como las actuaciones habidas hasta el momento son de conocimiento público, se bastan para demostrar las medias verdades
–la peor de las mentiras– del discurso gubernamental, obsesionado ahora con demonizar a Feijóo por no cumplir el mandato constitucional –eufemística forma de llamar al particular interés de los socialistas–, lo que dicho por quien tiene en su inmediato pasado hasta dos resoluciones condenatorias del Tribunal Constitucional por incumplimientos flagrantes de la Carta Magna en el secuestro del Congreso, evidencia la irresponsabilidad e incoherencia de quien preside el Ejecutivo de la nación.
Respeto de la injerencia del Gobierno y marginación de las Cortes, baste recordar que desde finales del 2018, PSOE y PP se afanaron el reparto de miembros a conveniencia de ambas formaciones, nombrando al efecto al ministro de Justicia, Juan Carlos Campo, por parte del PSOE, y al consejero del PP de la Comunidad de Madrid –y por tanto no parlamentario– Enrique López.
Félix Bolaños, ministro de la Presidencia, y el eurodiputado popular, Esteban González Pons, continuaron las fracasadas negociaciones, ambos sin presencia en las Cortes, para concluir con Sánchez y Feijóo en su reunión en Moncloa, hasta la ruptura total. Nunca dichas negociaciones tuvieron el Congreso o el Senado como acomodo a las conversaciones, del mismo modo que los presidentes de ambas Cámaras se hicieron en sus responsabilidades de convocar los respectivos plenarios para dicha renovación, como pidieron algunos grupos parlamentarios y hasta asociaciones de jueces, que acabaron por denunciar tal irresponsabilidad ante la Justicia europea. ¿Dónde la participación del Congreso?
Respecto de los propios afectados en la elección de sus miembros, España se sitúa con Polonia –ya advertida por la UE por tal negligencia– como los dos únicos países donde los jueces no se eligen por ellos mismos, ni en todo ni en parte.
Por lo que hace a la boutade de la Ministra de Justicia de que el sistema de elección español es “el más independiente de Europa” basta aludir a que el Cuadro de Indicadores de la Justicia en la UE, que elabora la Comisión, sitúa a España, en su edición 2020, como el segundo sistema menos independientes de un total de veinte países analizados.
Sánchez y Gobierno tienen la incredibilidad que se han ganado a pulso con su continuada emulación Goebbeliana. Por eso sólo los más fanáticos otorgan verosimilitud a sus mentiras.