Nós

EL 30 de octubre de 1920 se publicó el primer número de la revista Nós. Se editaría de forma sistemática hasta que, en 1936, una guerra troncó su vida. Su lengua era la propia de Galicia. En sus páginas, hay un gran número de firmas y, también, una calidad en su ilustración digna de elogio y en la que Castelao es un referente principal; él fue, además, quien propuso el nombre, Nós, que la distingue.

Y en ese término se significa el reconocimiento de una identidad, con raíces en el tiempo, con un presente que quiere ser fértil, y con un ansia de futuro que el devenir de la Historia dificultó enormemente.

Ahora, con motivo del centenario de su nacimiento, se ha producido una exposición denominada Galicia de Nós a nós. Se ha presentado en la Cidade da Cultura en donde estará hasta el 17 de enero. Después se podrá ver, hasta el mes de abril, en Ourense, en el Centro Cultural Marcos Valcárcel. Desde allí, se irá a Pontevedra para concluir su camino; allí podrá contemplarse hasta julio.

Pues bien, en esas fechas y en esa itinerancia, se encierra una posibilidad, importante, de aleccionar a una sociedad, la nuestra, en sus diferentes generaciones, a través de una muestra que no solo incide en la importancia de la citada revista sino también en cuestiones, fundamentalmente de orden cultural, que el paso del tiempo permitió, en cierta forma, pervivir y que, en algún modo, fueron, también, simiente de frutos nuevos.

Nós fue una voz fresca en su tiempo, culta y hacedora de cultura. Fue, en definitiva, un ejemplo a seguir en sus esencias, un buen referente. Figuras como Risco, Castelao, Otero Pedrayo, Losada Diéguez, Cuevillas, Cabanillas, y tantos, otros, estuvieron ahí, aportando, construyendo saber y abriendo mentes. Una exposición, esta, digna de elogio.