Voluntariado de la USC

DEBEMOS de estar orgullosos: la Universidad de San-tiago es el primer centro de estudios superiores de España en términos de voluntariado. La cifra de 2.451 alumnas y alumnos, en el curso 2021-2022, participando en acciones de este tipo, supera en más de 1.000 a la siguiente, que es la Universidad de Girona.

Este quehacer se inició, en Compostela, en el curso 1995-1996, con las exposiciones del proyecto Gallaecia Fulget, y se mantuvo en el tiempo, profesionalizando a quienes se ocupan de este servicio y diversificando las tareas a realizar.

Ahora, en la exposición A Minerva Compostelá. As súas glorias, abierta hasta el 22 de enero en el Colegio de Fonseca, se cuenta con 34 voluntarias y 12 voluntarios mostrándola de una manera prácticamente continua, de forma gratuita, a quienes la visitan.

Son muchos los valores que esta actividad conlleva. Desde estudiantes de primero de carrera hasta antiguos alumnos que superan la barrera de los ochenta años están allí, siendo la voz de tal acción cultural en su día a día.

Estamos ante un ejemplo de generosidad –algo que no tiene género ni edad–, de interés por el saber, dado que quienes hacen las veces de eventuales docentes se han formado para ello y conocen la historia de la Universidad mucho mejor que la mayoría de quienes tanto actualmente como en el ayer son parte de esta institución.

Ofrecer su desinteresado servicio y su saber a los demás es algo que merece el aplauso colectivo. Y participar en este tipo de actividades, qué duda cabe, nos enriquece a todos porque dar a cambio de nada, porque sí, supone creer, y configurar, en el hoy, hacia el mañana, una sociedad mejor, más solidaria y, por lo tanto, más fuerte. Ser voluntario es una manera de ser y de vivir, ejemplar, en todo caso.