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¿Y después del 8-M, qué?

    • 12 mar 2021 / 01:00
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    UNA vez transcurrida la jornada del 8-M toca reflexionar. Las marchas han sido un éxito porque han conseguido visibilizar las justas reivindicaciones sobre situaciones de desigualdad que todavía existen a causa del género, y además se han respetado escrupulosamente las medidas de seguridad. Apelar al sentimiento y reclamar derechos es necesario, pero al día siguiente y durante el resto del año toca pensar a cerca de las causas de esas desigualdades de manera rigurosa para poder facilitar un camino de libertad e igualdad entre hombres y mujeres.

    Desde ciertos sectores del feminismo se ha puesto demasiado énfasis en que el problema es el sistema capitalista y acentúan visiones pesimistas sobre la situación de las mujeres. Sin intentar caer en la autocomplacencia, pensemos en lo mucho que hemos logrado. España se encuentra en el puesto 15 de 167 países con mayor bienestar para las mujeres, según el Women Peace and Security Index. Desde mediados de los 80 ellas son mayoría en estudios universitarios. Las tasas de empleo y actividad se han duplicado desde el inicio de la democracia. El problema no está tanto en una discriminación sistemática y formal del sistema, ya que, por ejemplo, la brecha salarial es del 22 %, pero una vez se ajusta por horas trabajadas y otras características individuales, se sitúa por debajo del 5 %.

    El problema está en el hogar. En un reciente trabajo de la Fundación Iseak se estima que la probabilidad de tener un empleo a penas difiere entre hombres y mujeres cuando no viven en pareja, pero cuando lo hacen, para los primeros se incrementa en 6 p.p, mientras que para las segundas disminuye en 4 p.p. Las tareas del hogar suponen un freno en la carrera laboral de las mujeres.

    Por ejemplo, el 22 % de las que trabajan a tiempo parcial indican que eso es lo que les impide no estar empleadas a tiempo completo, frente al 4,2 % para los hombres. La situación se agrava con la maternidad. De acuerdo con Jorge García y Libertad González, tras el nacimiento del primer hijo, la brecha salarial aumenta en un 17 %, y en un 12 % en lo referente a la participación en el mercado laboral.

    Debemos abordar el problema de la conciliación para mitigar la penalización que supone la maternidad. Pero también insistir en la educación para erradicar las discriminaciones de tipo informal. Trabajos como el documental del caso Nevenka realizado por Newtral ayudan a crear conciencia de una problemática que paso a paso estamos más cerca de eliminar, pero que todavía está ahí (Ismael Álvarez, el acosador de Nevenka, se volvió a presentar 10 años después a la alcaldía de Ponferrada sacando cinco concejales).

    Después del 8 de marzo toca reflexión, conciliación, igualdad, respeto y LIBERTAD.

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