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El coloquio

EL CORREO ha realizado un coloquio con dos invitados que conocen de primera mano la política norteamericana: Anselmo Millán, concejal en Newark desde hace 25 años, y Noah Chichester, estadounidense asesor de idiomas en Galicia

  • 01 nov 2020 / 00:00
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Hoy en día la sanidad privada predomina en Estados Unidos. Es un hecho innegable. Determinados seguros son prácticamente hipotecas, y tener un problema serio conlleva un desembolso que muchos no pueden permitirse. Ante esta situación, preguntamos a nuestros participantes en este coloquio qué es lo que está fallando en la política sanitaria estadounidense.

“En realidad lo que está fallando es la economía de cada estado, sin hablar del conjunto de EE.UU.”, advierte Anselmo Millán, que explica que, “las pólizas son más caras en el estado de Nueva Jersey que en otros, quizá porque es más industrial y existe más peligro, ya que también los seguros de coche son más caros”.

El seguro de salud estadounidense está asociado, en gran medida, al trabajo. “Los que están en buenas compañías quieren seguros como el Blue Cross o el Blue Shield, muy buenos programas, pero aún dentro de ellos te dan a elegir entre uno más barato u otro más caro, ya que, aunque el patrón de la empresa paga cierta cantidad, tú, como trabajador, pagas la otra parte”.

Sin embargo, Anselmo evidencia que “hay quien no los tiene; la mayoría de emigrantes están trabajando en compañías pequeñas”. De hecho, asegura que “las compañías minoritarias (restaurantes o construcción) son la que mueven más del 50% de la economía de USA”. Con la llegada de la pandemia, los responsables de estas empresas tienen que pagar seguros de hasta 3.000 euros al mes a sus empleados, “algo inviable”.

Para Noah Chichester, precisamente, está fallando “el que el seguro de salud esté atado al empleo”. “Lo que hace falta en Estados Unidos es una opción pública”, demanda, aludiendo a que “no tiene por qué llamarse sistema de salud universal, da igual el nombre, pero hace falta que la gente tenga opciones de salud sin estar atada al empleo”.

De hecho, se pone como ejemplo: “yo soy de una generación que está buscando trabajo por primera vez y, pese a que los beneficios de un primer trabajo no son suficientes para sobrevivir, nos quedamos en ellos por miedo a perder esa prestación de salud”. “No tengo problema con que puedan existir seguros privados, porque en Europa funcionan, pero la gente tiene que tener esa opción pública también”, asevera.

Con todo, Anselmo replica que “aquí nadie quiere el seguro social como en España, porque así el médico se ocupa de ti como cliente; hay competencia y a la gente le gusta”.

AYUDAS PARA quienes NO TIENEN NADA. Para los más necesitados hay todo tipo de programas de ayuda. “Con el Obama Care o el Medicate, cuando llegas a la tercera edad y no trabajas, pagas nada más que un cuarto del total del seguro”. Igualmente, existe el Carity Care, “si a alguien que trabaja en una tienda le están pagando en metálico y se pone enfermo, tiene todo cubierto en el hospital a través de este programa”.

Como concejal, Anselmo explica que “se promueven millones de dólares a hospitales para cubrir el Carity Care”.

“Si damos 10 millones a un hospital, este quiere gastarlos, no devolverlos, por lo que necesita que vaya gente sin seguro”, indica el político, que ejemplifica que “si tenemos un hospital A que a final de año no gastó esos 10 millones, se los suministramos al B, que sí los está gastando”. Por eso, Anselmo cree que “hay ayudas, pero la gente no tiene información de su existencia”.

NINGÚN PARTIDO PROMUEVE NUEVA SANIDAD. “Biden quiere continuar con el Obama Care y ayudar al estudiante y a personas que ganan menos de 400.000 dólares con los impuestos”, afirma Anselmo, que asegura que “esa no va a ser solución”. Pero, indica que “a Trump ya lo conocen, pese a no haber presentado ningún programa nuevo”. “En realidad ninguno tiene un plan de salud definido, estamos así desde hace 8 años, por lo que la economía es la única que puede orientar las elecciones, hablando con las compañías de seguros en este sentido”, alerta el gallego.

Por su parte, Noah está de acuerdo en que “el sistema de salud actual no va a influir en las elecciones”, aunque, en su opinión, “Biden es el candidato que sí ha presentado una visión de cómo se puede usar el sistema actual y cómo se puede mejorar”. Por el contrario, “Trump hace años que lleva movilizando el rechazo a Obama y todas sus pólizas, intentando quitar el Obama Care, pero no presenta ninguna otra opción alternativa”.

“Bernie Sanders, por ejemplo, durante las Primarias, tenía una visión más radical que Biden hacia seguros de salud universal”, recuerda el estadounidense, que detalla que su plan era “subir los impuestos a los ultraricos y utilizarlos para pagar un nuevo sistema de salud universal”.

LOS HOSPITALES DECIDEN LOS PRECIOS. El joven también reflexiona sobre la economía en relación a los hospitales. “Los privados pueden decidir qué precio quieren poner a sus productos, por ejemplo, un seguro te puede costar 6.000 dólares en un hospital y 500 en otro”, asegura. “Ese es un gran problema, ya que en pandemia pueden decidir vender cada mascarilla a 50”. Por eso, solicita “precios justos y normales, igualitarios para todos los hospitales”.

Sin embargo, Anselmo considera que “la competencia es sana y buena, si no la hubiera y todos tuvieran el mismo precio, pagaríamos sin importar la calidad de lo que hiciesen”. “No pagas lo mismo por un Doge que por un Ferrari, al igual que no puedes pagar lo mismo por un desfibrilador de alta tecnología que por un apaño en las válvulas del corazón”, indica.

la gestión del COvid. Otra de las bases del debate ha sido la evolución del covid en Estados Unidos. Trump manifiesta una visión negacionista, por lo que preguntamos a nuestros participantes si la solución para esta crisis reside en el partido demócrata. Anselmo lo tiene claro: “Trump no ha sido capaz de controlar la pandemia, ha mentido al país, sabía lo que estaba pasando y le echó la culpa a los chinos (con el Chinavirus)”. Por eso, cree que “la gran diferencia en estas elecciones será la pandemia”.

“Trump es un gran industrial, está mirando por la economía del país, pero no se da cuenta de que al fallarle la pandemia le está fallando también la economía, y se le ha ido de las manos completamente”, incide Anselmo. Sin embargo, ‘más vale malo conocido que bueno por conocer’, y “Biden fue vicepresidente de Obama, pero a los vicepresidentes nadie los conoce, es más, Obama hablaba bien, pero su propio partido, a veces, no lo seguía porque le faltaba liderazgo”.

Noah también ve en Biden “un candidato al que le falta liderazgo, pero es que Trump ha fracasado completamente”. “El hombre es pura charla, prometió frenar la pandemia, culpa de los chinos, pero la realidad que ha salido a la luz es que en marzo ya sabía que Europa estaba cerrando fronteras y decidió no decir nada porque, según él, no quería asustar a la gente”. ¿Por qué? El estadounidense cree que “aunque es un fracasado, es listo en el ámbito de la publicidad, así que, sabiendo que era año de elecciones, no quería asustar a la gente”.

Además, por lo que respecta a Trump, “a veces parece un populista autoritario, tiene que ser lo que él diga, por eso tanta gente se va de su lado, hasta el punto de que si gana estas elecciones va a haber un éxodo en la Casa Blanca: los que va a echar y los que se van a ir”, dice Anselmo.

Pese a todo, en opinión del gallego, “a la gente de este país le gusta eso, no quieren que a Estados Unidos se le quiera, sino que se le tema, que esté gobernado por un hombre con mano de acero”. En este sentido, se pregunta, “¿tendrá Biden el brío de Trump? Ese es el gran problema”.

EMIGRACIÓN: MUROS Y ESTIGMAS. ¿Es la respuesta adecuada construir muros para evitar el tráfico de emigrantes? ¿Hasta que punto el discurso de Trump está fomentando el odio hacia el extranjero? “Esa es una de las cosas que tiene la agenda Biden” responde Millán, recordando que el actual presidente “ha insultado las relaciones internacionales”.

A sus ojos, las formas con las que el republicano ha tratado los asuntos exteriores y, en consecuencia, sus vínculos institucionales no han sido las correctas. “De los aliados de Estados Unidos, él se ha enfadado con todos, porque es un déspota” mantiene el concejal de Newark, explicando que “quiere imponer incluso en el extranjero” mientras el candidato demócrata “promete que va a tratar otra vez de tener buenas relaciones con estos”. Un punto más que necesario actualmente para el país norteamericano.

Para Noah, en acuerdo con las palabras de Anselmo, el problema que están teniendo en USA en este sentido “es debido a las acciones propias de los Estados Unidos”.

Esta situación es se ha vuelto aun más complicada en los últimos años. “Va más allá que simplemente si deberíamos dejar entrar a gente de fuera, se trata de la huida de trabajos a China o India (entre otros países)” añade el auxiliar de conversación.

CONFLICTO SOCIAL. La llegada de Trump al poder ha repercutido en una sociedad cada vez más polarizada, entre la que están aflorando comportamientos racistas, homófobos o tránsfobos, ante la pasividad de un discurso presidencial que no condena esta clase de conductas e incluso las promueve. Este clima lleva a plantear si los republicanos garantizan la integración y el respeto cívico.

“No, no lo hace”, contesta contundentemente Anselmo, quien destaca que el partido que actualmente preside “se ha olvidado de la clase media” y necesita “balancear las cartas”, siendo vital que haya “algún republicano dentro del congreso” y “algún demócrata dentro del senado”.

En este sentido, Noah piensa similar, evidenciando que con el triunfo de Trump “la gente que hace tiempo no se atrevía a dar voz a sus vistas racistas tiene la luz verde porque el hombre que está en la silla del presidente habla así”.

Chichester ve “preocupante” que las políticos se atrevan a decir “cómo se piensa”, explicando que están desapareciendo los valores de la igualdad y dignidad humana: “Hemos perdido esa imagen”.

“El resto del mundo nos ve como si estuviésemos volviendo atrás y creo que es culpa del presidente que tenemos”, concluye Noah.

LA RECUPERACIÓN ECONÓMICA. De cara a la nueva y necesaria recuperación económica en los Estados Unidos, para Anselmo el partido republicano no tiene la clave para lograrla. “Trump ya sabemos que no porque ha tenido el tiempo suficiente para poder hacerlo y no lo ha hecho”, razona Millán, cuestionando “¿qué garantía hay de que ahora vaya a cambiar?”.

“Lo ha intentado según dice él, pero no ha llevado a ningún lado”, mantiene el pontevedrés, dejando entrever que la única y restante opción es el demócrata: “Confiamos no solo en Biden como presidente sino como partido”.

Volviendo al actual mandatario opina que “no lo va a conseguir”, puesto que “ni los mismos republicanos” creen eso. Es por ello que “Biden será la persona que pueda tratar de controlar la pandemia y la parte social, si el hace eso la economía puede regresar”, apunta Anselmo Millán.

Según Noah, nadie. “En mi opinión, ninguno de los candidatos que tenemos ahora pueden arreglar (gestualiza haciendo un chasquido) el país” apunta este joven, recordando que, aunque Biden “no era la primera opción” de mucha gente, él “está dispuesto a escuchar a los expertos”, algo que “ayudaría al país”.

¿QUIÉN GANARÁ LOS COMICIOS? Para Anselmo, “el voto popular lo va a ganar Biden”. “Los delegados no lo sé, estoy mirando continuamente y hay un cambio diario”, señala el político, explicando que “todavía quedan estados muy importantes que van a balancear estas elecciones”.

Este resultado tan apretado lo comparan ambos con la situación acontecida en 2016, cuando Clinton obtuvo muchos más sufragios y aun así perdió. “Parecía que iba a ganar y no ganó, así que ahora se dice que no se puede fiar de las encuestas”, advierte Chichester, apuntando que “ahora tampoco se puede prever”.

RESULTADO INCIERTO POR LA PROBLEMÁTICA RACIAL Y EL COVID

RESULTADO INCIERTO POR LA INCERTIDUMBRE RACIAL Y DE LA PANDEMIA. ”Va a ser una campaña con una serie de claves nuevas con respecto a la del pasado año”, asegura el director del Centro de Estudios de Seguridad (Ceseg) y profesor de Derecho Constitucional en la USC, José Julio Fernández Rodríguez, que evidencia que “la pandemia ha mutado las prioridades y la forma de enfocarlas, lo que ha dado lugar a un resultado más incierto”. Se refiere a las elecciones del pasado 2016, cuando las encuestas daban como ganadora a Clinton. “Ya era incierto que las encuestas diesen ganador a Biden por ese precedente, pero con el estallido de la pandemia todavía se han vuelto más inciertas”, asevera. A esto suma “el problema racial, la brutalidad policial... tanto esa parte de seguridad interna del país como de la pandemia lo hace todo muy indeterminado”.

DONALD TRUMP COMO CANDIDATO MÁS EXCÉNTRICO. “Creo que Trump sigue en la línea que marcó en la anterior campaña: ‘América primero’”, recuerda el profesor de la USC. Con este lema apunta que hace referencia al “capitalismo más estricto, al proteccionismo comercial y sorprendentemente intenso, evidenciado en la guerra comercial con China”. ¿En qué se traduce esto? El profesor Fernández lo tiene claro: “en trabas para los extranjeros que quieran trabajar en los Estados Unidos, es decir, un mayor control de los trabajadores foráneos y de la migración”. También impone “políticas duras para rebajar las balanzas con los países con los que mantiene comercio internacional”. Es decir, insiste en continuar en la misma línea que le llevó a la victoria: “América primero, producir en América y apoyar a China en este sentido, su gran competidora en el negocio internacional”. Por otro lado, también mantienen ideas republicanas históricas, “como el incentivo de los beneficios fiscales a las grandes empresas y a Wall Street, apostando por rebajas fiscales dirigidas a las élites económicas en las que él mismo se encuentra”. Asimismo, “ha priorizado el orden frente a las protestas raciales”, apunta Fernández Rodríguez, que especifica que “intenta rebajar, minusvalorar y pasar por alto esos conflictos para que electoralmente no le perjudiquen”. Por otro lado, ese liberalismo exarcerbado también se demuestra en su tratamiento de la pandemia, con ese “negacionismo”.

JOE BIDEN COMO CANDIDATO MÁS MODERADO. Por su parte, Biden “ha tenido que adaptarse también a esos dos temas, el problema racial y la pandemia, y lo ha hecho bajo el lema ‘Reconstruir mejor’”, indica el profesor de la USC, que lo toma como “un guiño a priorizar América, pero haciéndolo mejor que el programa que presenta Trump”. Su idea inicial parte del “apoyo a las clases medias, mientras Trump apoya a las élites, él dice que América se ha construido gracias a las clases medias, a las clases trabajadoras, y no a los ejecutivos de Wall Street”. Por otro lado, también apoya “el proteger a la economía estadounidense de modo proteccionista, pero apoyando a la pequeña industria, en vez de a los bancos”. Al hilo de esto también predica “cerrar la brecha salarial, con medidas sociales frente a la desigualdad entre blancos, negros, hispanos... Ese elemento no está presente en el discurso de Trump”. Se trata de una campaña con unos postulados muy socializantes y demócratas. “Mucho más socializantes que en la época de Obama”, sentencia el profesor. Asimismo, en el ámbito internacional “promueve más el multilateralismo que Trump, que quiere retirarse de los conflictos internacionales y recoger tropas”.

¿CUÁL SERÁ EL RESULTADO? “Yo creo que va a ganar Biden, porque tal y como está el mundo de agitado y con la problemática actual de Estados Unidos, creo que la mayor estabilidad de pensamiento del demócrata contrastará y se impondrá con la excentricidad de Trump”, afirma Fernández Rodríguez, que asegura que, “en época de crisis, un candidato moderado tiene más valía y posibilidades que un candidato excéntrico”.

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