La tercera ola viral se lleva cuatro de cada 10 muertes entre menores de 60 años

Santiago. En lo que va de año, menos de dos meses, como consecuencia de la tercera ola vírica un total de 30 personas menores de 60 años han fallecido por COVID en Galicia, es decir, el 42,25% de las 71 que han muerto (cuyas edades se sitúan en este rango) desde que comenzó la pandemia. Estas cifras dejan entrever que, además de haber sido más mortal entre los más jóvenes, seguimos pagando “muy caro” la relajación que predominó en Navidad.

Dichos datos, convertidos en realidad, llevaron la tragedia al poblado del Vao (localizado en Poio), donde en las últimas jornadas han perdido a dos vecinos que se sitúan en este rango intergeneracional. Estos afectados, que eran padre e hijo, para desgracia de los familiares solamente tenían 54 y 31 años, respectivamente, cuando murieron.

El primero, que era el menor, falleció el pasado 5 de febrero, convirtiéndose en la segunda víctima más joven que pierde la batalla contra el coronavirus en la comunidad gallega. En este sentido, también es el difunto de menos edad del área sanitaria de Pontevedra y O Salnés.

Precisamente, días antes, la Xunta realizaba un cribado en la zona donde vivía (concretamente entre el 19 y 20 de enero) que evidenciaba la dramática situación que estaban experimentando, tanto en Vao de Arriba como en Vao de Abaixo, esta comunidad. De las 327 personas que hicieron la prueba PCR, un total de 71 habitantes dieron positivo (el 21,71% del conjunto).

Como consecuencia de esta enorme incidencia del virus, también se infectaría la segunda víctima (el padre), quien moría el 18 de febrero, casi dos semanas después.

La familia perjudicada por ambas muertes era conocida dentro y fuera de O Vao, ya que el hombre había sido feriante, con un tenderete que se dedicaba al comercio textil en diferentes ferias, entre ellas, una ubicada en Pontevedra, trabajo que dejó tras la llegada de la pandemia del COVID-19.

Del mismo modo, había ejercido como pastor evangélico también en la barriada, cediendo el relevo, con el transcurso del tiempo, al presente responsable religioso.

Ante la sospecha de que en esta zona residen varios colectivos que suelen ser problemáticos, fuentes policiales la Policía Nacional y Local de la ciudad evidenciaron que no se ha producido ningún altercado en la Boa Vila o en el Complexo Hospitalario de Pontevedra: espacio que albergó ambos decesos.

DOS PERSONAS MENORES DE 50 AÑOS PERDIERON LA VIDA EN LOS ÚLTIMOS 18 DÍAS. Desde el incio de la pandemia, en Galicia han fallecido 10 personas con COVID-19 que tenían menos de medio siglo (dos de ellas notificadas en los últimos 18 días): seis entre 40 y 49 años (+1), tres de 30 a 39 (+1) y uno de 28, el joven que murió en el Hospital Álvaro Cunqueiro de Vigo tras ser derivado allí desde la residencia de discapacitados Doral (Mos).

La persona de menor edad perdió la vida, tras contraer el virus, el 2 de diciembre de 2020, mientras que los óbitos de los tres treintañeros ocurrieron sucesivamente en Santiago, A Coruña y Pontevedra: dos el año anterior y uno este.

En el área sanitaria herculina dejó de vivir a causa del virus una mujer embarazada (37 años) el pasado 29 de marzo. Tras esta falleció un hombre (35 años) el 21 de abril en el CHUS compostelano. En último lugar, Sanidade notificó la defunción del chico (31 años) que desistió en el CHOP este 5 de febrero.

En comparación a los 1.843 fallecimientos por coronavirus que registró la comunidad a día 3 de febrero (comunicados por este periódico) murieron 329 personas más. Ahora el total son 2.172 decesos, es decir, un significativo ascenso del 17,85% desde la data anterior.

Tomando como referencia este intervalo (del 3 de febrero a la actualidad) el número de muertes por COVID entre veinteañeros no ha variado (igual). Sin embargo, asciende un 50% la cantidad de decesos para la franja de 30 a 39 años (uno más); un 20% de 40 a 49 (uno más); un 29,79% de 50 a 59 (+14); un 12,9% de 60 a 69 (+16); un 21,28% de 70 a 79 (+70); 17,13% de 80 a 89 (+142); y un 16,83% de 90 o más (+85).

Así las cosas, el virus se ceba fundamentalmente con los octogenarios gallegos: un total de 971 personas que dejaron de vivir desde que llegó la pandemia (el 44,70% del conjunto que ha fallecido). Tras ellos, como segundo colectivo más afectado, se encuentran las 590 víctimas de 90 años o más (27,16%).

Siguiendo este orden han muerto 399 septuagenarios contagiados (18,37%); 140 sexagenarios (6,45%) y 61 quincuagenarios (2,81%). Por tanto, el 90,23% tenía 70 años o más; el 96,68% había cumplido 60 o una cifra superior; y el 99,49% era de 50 años o mayor.

Si se comparan estos porcentajes con los del 3 de febrero, puede constatarse que aumenta 0,26 puntos porcentuales la representación de las víctimas de 50 a 59 años que configuran esta macabra lista de difuntos (antes eran el 2,55%) y baja 1,25 puntos en las de 60 a 69 (que anteriormente suponían el 7,7%).

Asimismo, aumenta (0,52 pp) la presencia de los muertos de 70 a 79 años (antes el 17,85%) en este registro. Al contrario desciende (0,28 y 0,24 puntos respectivamente) la de aquellos de 80 a 89 años (previamente 44,98%) y de 90 años o de mayor edad (27,40%). jorge garnelo