Abuelos y nietos, entrega de regalos en la calle sin besos

El área sanitaria de Santiago se despertaba ayer con más de 1.442 casos activos de coronavirus, la mayor cifra registrada desde que comenzó la pandemia sanitaria de la COVID-19. A esto hay que sumarle que Santiago es uno de los concellos bajo vigilancia especial por el comité de Sanidade, lo que puede conllevar una subida a un nivel medio-alto de restricciones si los contagios siguen aumentando.

Ante esta situación, y pese a que el cierre perimetral no fue efectivo durante el día de ayer para aquellos que quisiesen reunirse con familiares, fueron muchos los que prefirieron pecar de prudentes y no reunirse en las casas de sus allegados. Entre ese grupo, algunos tiraron de opción práctica: entregar los regalos en la calle y con la mascarilla puesta. Fue el caso de algunos abuelos que entregaron ayer sus regalos a los nietos en el Ensanche compostelano.

Esa imagen quedará para el recuerdo de una Navidad atípica en la que ha habido menos encuentros sociales de los habituales. El último ejemplo fue el del pasado martes, cuando la tradicional cabalgata por las rúas de Compostela fue sustituido por una recepción en la iglesia de San Domingos de Bonaval. Para acudir a ella, las familias tuvieron que retirar invitación previa y solo podía entrar un adulto acompañando a un máximo de dos niños. Cada pequeño grupo estaba espaciado del resto por franjas horarias y, dentro de la estancia, los Reyes tenían pantallas transparentes como medida de protección. Las consecuencias de la Navidad se conocerán las próximas semanas.

En la próxima reunión del comité clínico de Sanidade, el área de Santiago será revaluada a fondo y ya se baraja actuar de manera diferente según focos de edad. Esto podría abrir la puerta a que hubiese, por ejemplo, diferentes restricciones para jóvenes y mayores.