Santiago

Amigos de los padres de Porto están dispuestos a hacerse cargo del cuerpo

Diferentes familias de Santiago tienen intención de asumir los gastos funerarios en caso de que ningún pariente lo haga // Todavía sin resultado de la autopsia

  • 20 nov 2020 / 00:00
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Tras la muerte de Rosario Porto en la prisión de Brieva se abre el debate sobre cuál será el destino del cuerpo y quién se hará cargo de los trámites funerarios con el coste que conllevan. El abogado de la fallecida, José Luis Gutiérrez Aranguren, ha confirmado que todavía se le está practicando la autopsia por lo que aun no sabe qué ocurrirá posteriormente con el cuerpo. Habitualmente, es la familia la que se hace cargo pero, en este caso, Porto no tenía relación con ninguno de sus primos. Estos, tras el fallecimiento de los tíos, eran los únicos familiares vivos.

Si ellos deciden no asumir los costes, es decir, no hacerse cargo del cuerpo, el juzgado del lugar donde se encuentre la persona fallecida da comunicación de la situación a los servicios sociales de la zona. En este caso, en Ávila. Completados los trámites, salvo que el juez no indique lo contrario, Rosario sería enterrada en el cementerio municipal. “Ha ocurrido estos meses con algunos de los fallecidos por covid-19 que no han sido reclamados por lo que la Administración ha tenido que encargarse del proceso”, explican fuentes jurídicas.

Sin embargo, todo apunta a que este punto no llegaría a producirse. Una familia que mantenía amistad con los padres de Rosario Porto, ambos difuntos, y que han visto crecer a la fallecida han comunicado a este periódico su intención de encargarse de los costes funerarios. Asimismo, mantienen que hay otras familias, también con relación de amistad en el pasado con Francisco Porto y Socorro Ortega, que han puesto sobre la mesa esta posibilidad.

Según diferentes fuentes jurídicas consultadas por este diario, no habría ningún problema en que personas externas a la familia puedan hacerse cargo del traslado del cuerpo a Galicia y de su posterior entierro o incineración. Si bien, esto se produciría solo en el supuesto de que ningún familiar se haga cargo y después de que el juez les dé autorización. “No suele haber problema pero tiene que autorizarlo el juez encargado del caso ya que en ese aspecto los abogados no tienen ese poder”, explica uno de los abogados consultados.

¿OBLIGACIÓN DE LOS FAMILIARES? Una pregunta que muchos pueden formularse es si los familiares de Rosario Porto, sus primos, tienen la obligación legal de asumir los gastos de los servicios funerarios. Según los abogados consultados, no tienen dicha obligación. La única vía para forzarles sería acudir al Código Civil, que en su artículo 1984 establece que “los gastos funerarios proporcionados a la calidad de la persona y a los usos de la localidad deberán ser satisfechos, aunque el difunto no hubiese dejado bienes, por aquellos que en vida habrían tenido la obligación de alimentarle”.

Así, fuentes jurídicas explican “que se podría hacer una interpretación de ese artículo para intentar forzar a los familiares pero, en todo caso, serían solo responsables los más directos”. En el listado de familiares más directos con esa obligación de alimento entrarían, según el artículo 143 del Código Penal, primero los cónyuges y después, por este orden, ascendientes y descendientes. En este caso, Rosario Porto estaba divorciada de su marido Alfonso Basterra desde antes del crimen de Asunta. Los padres de Porto fallecieron también de forma previa al asesinato de la niña, por lo que no hay ni ascendientes ni descendientes. En algunos supuestos podrían asumir esos costes los hermanos pero Porto era hija única.

¿PANTEÓN EN SANTIAGO?

Existe un panteón familiar en el cementerio de Boisaca, en Compostela, que pertenece a la familia de Rosario Porto, concretamente era de su abuelo paterno. En él se enterraron las cenizas de la madre de Rosario. Las del padre se las llevó ella misma. En este sentido, ésta podría ser la ubicación elegida por los parientes o por los amigos de la familia que decidan asumir el proceso de traslado del cuerpo hasta Galicia.

Muy conocidos y de clase alta

Los padres de Rosario Porto, así como su hija y su ya exmarido, formaban una familia conocida en Compostela. El padre, Francisco Porto Mella, era un prestigioso abogado y había sido cónsul honorífico de Francia. Un título que dejó en manos de su hija en el año 1997, quien lo ostentó hasta 2006. El Gobierno de Francia concedió posteriormente a Rosario la Orden Nacional del Mérito por su labor. La madre de Rosario, Socorro Ortega Romero, era catedrática de Historia del Arte. Rosario ejerció unos años como abogada en el despacho de su padre, en Montero Ríos, vendido antes del crimen de Asunta.

Francisco Porto y Socorro Ortega

murieron de forma repentina en un periodo corto de tiempo. Ella falleció en diciembre de 2011. Siete meses después, fallecía su marido. Asunta estaba muy unida a sus abuelos, especialmente a Francisco.

La adopción de Asunta fue la primera de una niña china en Santiago, lo que le dio más popularidad aun a la familia. El matrimonio formado por Alfonso Basterra, periodista, y Rosario era visto habitualmente con su hija por la capital gallega. Se divorciaron siete meses antes del crimen de la niña y pelearon por la custodia, obtenida por la madre. Rosario vivía con su hija en un piso en Doutor Teixeiro mientras Basterra también mantenía su residencia en el Ensanche.

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