Apuesta para recuperar la cultura
“A todos nos gustaría que volviera aquella Compostela de hace veinte años, una ciudad viva que era un referente cultural y de ocio nocturno, donde tradición y contemporaneidad convivían, y donde el tejido cultural era protagonista”. Estas palabras de Iván Arias, responsable del Festival WOS, resumen el sentir general del sector en Santiago. Él, junto a Vítor Belho, de Nordesía Produccións; Fran Reixa, del Outono Codax Festival; y Manuel Roxo, de Cultura Activa; lo tienen claro: ahora es el momento de pararse y rediseñar las estrategias, así como de comenzar a responder a preguntas como: “¿Qué Compostela cultural queremos? ¿Qué modelo queremos?”
Todas estas cuestiones las plantearon durante una jornada de trabajo que mantuvieron con Borja Verea, presidente de los populares compostelanos y diputado autonómico, que aprovechó la reunión con estos cuatro programadores locales para abrir el debate sobre las fortalezas y debilidades de la industria cultural compostelana. El popular fue el encargado de romper el hielo de esa reunión al preguntarse si desaparecerá la cultura de aglomeración, de lo masivo, de grandes festivales y se cambiará por una cultura experiencial, sostenible y que da un salto de calidad con respecto a otros productos.
Verea destacó que “Santiago tiene una oportunidad importante porque tenemos todas las características para poder ser un referente, para liderar los movimientos de vanguardia y ser ese epicentro de todos los ámbitos, industria musical, audiovisual, artes escénicas o ilustración”. Asimismo, señaló que “también hay otras oportunidades que no están siendo exploradas, como la cultura textil y orfebre; o por ejemplo toda la industria de la azabachería. Y que puedan dialogar entre ellas, porque todos percibimos que en la ciudad no hay ese diálogo fluido entre nosotros y nuestras potencialidades, que están ahí”, indicó.
Por su parte, Vítor Belho hizo hincapié en la idea de que “concebir Compostela como un referente en el ámbito cultural es una cuestión que ha estado en boca de muchos responsables políticos, pero que hasta el día de hoy no se ha visto concretado en ningún tipo de iniciativa, ni proceso, más bien lo contrario”, señaló.
“Grandes eventos consumen grandes recursos, deberían tener una actividad importante alrededor. Son un foco de atención pero desaprovechan el potencial que tiene la ciudad para desarrollar una estrategia más sostenible basada en su singularidad”, añadió. Además, Belho insiste en que “es importante una reflexión crítica respecto de la ausencia de políticas que integren todas esas iniciativas para darle una vertiente de marca, una calendarización, organización y el uso de recursos que pueden ser más sostenibles”, reseñó.
Asimismo, Iván Arias recordó que el camino es incierto, pero aún así considera “que estamos en el contexto ideal para pararnos la reimaginar y redefinir el modelo de ciudad que queremos para el futuro, poniendo el foco en atender, cuidar y acompañar al tejido cultural en estos difíciles momentos, para lograr una recuperación sostenible que repercuta, entre otras cosas, en mejorar la calidad de vida de todos”.
Puso como ejemplos a seguir ciudades como Berlín o Edimburgo, que suspendieron festivales y otras actividades por la pandemia, pero que crearon fondos para que el sector pudiese salir adelante.
Por otro lado, Fran Reixa denunció que “en estos meses tan duros pudieron hacerse más cosas en Santiago. Por ejemplo, se pudo habilitar un espacio al aire libre, con unas grandes carpas, con unos protocolos de entrada de salida, y no cerrar la cultura a la ciudad”.
También se refirió al “peligro de los grandes festivales” y criticó que se están haciendo de espaldas a Santiago. El gran problema que tienen es que no se hace nada en Compostela, no se integran”, dijo. En su opinión, es necesario que estas iniciativas “tengan un retorno en el comercio local y en la hostelería tradicional”, señaló.
Por último, Manuel Roxo insistió en que “Compostela tiene ese atractivo, esa marca” que la convierte en un epicentro cultural dentro de Galicia. “Muchos de nosotros, sin ser compostelanos, vinimos porque entendimos que teníamos que estar aquí. Pero falta mucha apuesta, mucho impulso”, sentenció.
En su opinión, es necesario adaptarse a los nuevos tiempos y hacerlo con una cultura segura, algo que asegura que “ya sabemos como hacerlo”. Según Roxo, es el momento de “inventar nuevas ideas y encontrar una solución” ante el desafío del momento actual.