Compostela vuelve a la vida prepandemia
Había una imagen que todos los que hayan pasado unas horas en Compostela tendrán guardada en sus memorias: la de los grupos de turistas o peregrinos haciéndose una fotografía frente al Obradoiro. Esa estampa pasó a la historia con el comienzo de la pandemia, ya que pasado el Estado de alarma los que se acercaban a la capital gallega lo hacían o de forma individual, en pareja o con un reducido núcleo familiar. Tal y como se pudo comprobar ayer, las excursiones de amigos y los viajes en grupo son de nuevo una realidad. Se suman a la creciente llegada de peregrinos de este mes, que empezó con una tendencia media de cuatrocientos por día, y que este viernes escaló hasta superar las setecientas compostelas selladas. A falta de los datos de ayer, bastaba con dar una vuelta por la ciudad para comprobar que había más movimiento que el día anterior, por lo que la cifra va a aumentar. En lo que va de junio llegaron a Compostela más de cinco mil peregrinos, más que los de todo el mes de mayo.
Pese a que los datos están muy lejos de las 1.600 llegadas diarias del año 2019, el último antes de que el COVID-19 alterase todas las estadísticas, son mucho mejores que los del mismo mes del pasado año: en junio de 2020, en plena desescalada, solo hubo doce llegadas a la Oficina del Peregrino de Carretas para obtener la Compostela. Este crecimiento coincide en el tiempo con la apertura de la mitad de albergues públicos de las diferentes rutas del Camino, una demanda de muchos caminantes que tuvieron dificultades para encontrar alejamiento en algunas etapas durante los últimos meses. El panorama de establecimientos para pasar la noche se completará el próximo 1 de julio, cuando reabra al completo la red pública, lo que incluye la esperada reapertura del albergue del renovado Monte do Gozo.
Otro punto de parada en el que se refleja que la recuperación ha tomado un impulso es en las colas de entrada a la Puerta Santa, que ayer a media mañana daban la vuelta a la Praza da Quintana. Este es uno de los principales atractivos turísticos, pues solo se puede cruzar en los Xacobeos, y se prolongará también a 2022 junto el resto de símbolos que conforman el Año Santo. Asimismo, la hostelería coge fuerza y las reservas empiezan a dejar el cartel de lleno en muchos restaurantes y también los hoteles suben su nivel de ocupación paulatinamente. Pese a todo, sigue habiendo precios tirados para pasar un fin de semana en los hoteles punteros de la capital gallega. Y, según la asociación Hostelería Compostela, la previsión del sector para junio es de una ocupación que sigue baja, aunque sí subirá ligeramente con respecto al mes anterior, hasta el 23 %.
También registran una mayor afluencia las tiendas relacionadas con el turismo. Muchas de ellas permanecieron cerradas hasta hace poco, pero con la proximidad del verano quedan pocas tiendas de recuerdos en Santiago que no hayan ya abierto sus persianas o que no tengan pensado hacerlo en los próximos días. Ayer ya se pudo ver cómo muchos peregrinos se llevaban un recuerdo de alguna de ellas. Asimismo, también se están realizando ya visitas guiadas por diferentes espacios del casco histórico compostelano. La cuestión que queda por despejar es en qué medida se podrá recuperar el turismo internacional, habituado a estancias más largas, pues predominan en este momento las llegadas nacionales. En mayo, la presencia de peregrinos de otras zonas de Europa, excepto Portugal, fue ínfima, más aún la de visitantes procedentes de otros continentes.