De la prepotencia y el chantaje a la decepción por el no sin paliativos
Corrección política, pero con unas cuantas ‘patadas’ lanzadas por debajo de los escaños
Santiago. El alcalde agradeció al final de la sesión la corrección política que había reinado durante la misma, y el buen tono con el que se habían expresado unas críticas que, a pesar de los términos duros, nunca se salieron de tono ni entraron en lo personal. Aunque no faltó algún ataque de celos por la supuesta aproximación (política) del regidor hacia los grupos de la izquierda o de la derecha.
Aún así, las críticas fueron directas, como el “peor imposible” con el que Goretti Sanmartín cuestionó una negociación que consideró que no había merecido tal nombre. O las alusiones al “chantaje” y la “prepotencia” con el que los tres grupos definieron la actitud del alcalde, primero por la tardanza en la presentación de las cuentas, y después con el aviso de la presentación de la cuestión de confianza.
Sánchez-Brunete fue incluso más allá, acusando al alcalde de inmovilismo a pesar de la crisis provocada por la pandemia, con un “todo cambiou coa crise, meno o alcalde”; para aludir, por ejemplo, a la ausencia de partidas para apoyar a los emprendedores.
Luego estuvo el debate “expansivo”, término utilizado por la concejala de Hacienda para definir las cuentas, una cualidad no reconocida por CA, cuyas dos portavoces en la sesión de ayer, María Rozas y Marta Lois, defendieron que durante su mandato también habían crecido las partidas para gasto social, y reclamando más dinero para igualdad, al igual que Goretti Sanmartín lo hizo para el de educación, y Sánchez Brunete para el apoyo a los emprendedores. CARLOS DEAÑO