Santiago

Desesperación por los nuevos límites de velocidad y el aumento de controles

Muchos vecinos consideran que solo han contribuido a que haya más retenciones y denuncian el afán recaudatorio // Algunas ciudades, como Málaga, ya estudian ‘recular’ y volver a los 50 km/h

  • 31 may 2021 / 01:00
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Cualquiera que haya conducido las últimos días por las calles de la capital gallega se habrá percatado de que, en general, los vehículos circulan más despacio y que el tiempo de tránsito para atravesar algunas calles se ha incrementado. El caso es especialmente apreciable en rúas tan céntricas como Romero Donallo, así como en las avenidas que comunican el centro de la ciudad con la zona norte y los polígonos, como San Lázaro. La situación está provocada por los nuevos límites de velocidad marcados por la Dirección General de Tráfico, y que entraron en vigor en toda España el pasado 11 de mayo. El Ayuntamiento de Compostela no es una excepción y los nuevos límites son una realidad en Clara Campoamor, en la cuesta de bajada a Área Central, en A Choupana, o en la avenida de Ferrol. Asimismo, se decidió limitar a 20 km/h la velocidad de circulación en el Campus Vida. Cabe recordar que la normativa de la DGT permite a los ayuntamientos reducir los límites como consideren necesarios.

En general, el mapa de restricciones no ha convencido a los conductores. Las señales con los nuevos límites de velocidad han traído consigo unos incómodos acompañantes: los radares de control de velocidad. En los últimos días, el Pegasus y los multamóviles de la DGT se encargaron de peinar la capital gallega para disuadir a los conductores de superar esa velocidad máxima. De momento, a modo informativo. Después, con multa. “Esto de ir a 30 e en algún sitio a 20 é unha vergoña, o coche non anda. Iso só se fai para recaudar porque o que se fai é facer máis colas”, afirma un automovilista.

Su opinión es compartida por muchos conductores que denuncian el afán recaudatorio debido a esa presencia de radares móviles, sumada a la de los fijos instalados en O Castiñeiriño o en el túnel de Conxo. Son muchos, además, los que consideran que la nueva normativa no ha hecho más que aumentar los atascos. “A 30 pola Choupana... Un atasco de carallo na Volta do Castro. Bótannos de Santiago aos que somos de fóra”, denuncia un afectado que viene con frecuencia a Compostela. Además de las citadas zonas, también hay numerosas quejas por las colas en el entorno del Hórreo. Con la inauguración de la nueva intermodal, en Clara Campoamor se combina el límite a 30 km/h con el aumento del tráfico.

Esto está provocando que muchos vecinos opten por no coger esa calle, lo que ha dejado como consecuencia la vuelta de los atascos en la Galuresa. Este periódico recibió algunas quejas de automovilistas al respecto: “No pienso coger por Clara Campoamor, como mucha gente que tampoco lo hará”, señala uno, mientras otro indica que “circular fuera del periférico es un horror. Y los que tenemos que ir a trabajar al centro estos días necesitamos mínimo 35 minutos más para llegar a tiempo. Esta medida va a durar lo mismo que la de los 110 en autovías. Un pastón en señales para unos meses”.

Debate
¿Regresar a la anterior norma?

··· Compostela no es la única en la que los vecinos no están demasiado contentos con los nuevos límites. De hecho, en algunas ciudades barajan dar marcha atrás en las implantaciones de los 30 km/h. El Ayuntamiento de Málaga ha sido el primero en reconocerlo tras reducir a 30 km/h la velocidad en el 75 % de sus calles. Como recoge el diario Sur, se baraja recuperar los 50 km/h en algunas calles, tal y como prevé la normativa, debido al aumento de la congestión y la contaminación.

··· El debate no ha llegado de momento a Compostela, donde lo que sí preocupa es que sigan bajando los límites en algunas zonas de la ciudad como el Hórreo. Al menos, así lo prevé Raxoi para cuando se lleve a cabo la reurbanización prevista por esta rúa. Una intención que ha provocado numerosas críticas de los vecinos, quienes consideran poco factible la idea. “Es una vergüenza”, “es imposible conducir así” o “vamos a quemar el embrague” son algunas de las reacciones.

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