Santiago

Elefantes y hormigas

    • 24 ene 2021 / 00:00
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    QUIERO CONTARLES una historia que acabo de sufrir en mis carnes, ya que es algo que les puede suceder a cualquiera de ustedes en cualquier momento.

    Un sábado de diciembre intenté sacar 550 euros de un cajero del BBVA, pero la ventanilla que ofrece el dinero no se abrió. Alarmado, llamé al teléfono de urgencias de la entidad, donde me tranquilizaron y me aseguraron que debía ser un error, pero que dicho dinero se me reabonaría de forma inmediata.

    Al llegar a casa seguía un poco preocupado con el incidente, así que miré los movimientos de la cuenta en el ordenador. Los 550€ se habían cargado pero aún no se había producido su abono.

    Un par de horas más tarde, miré el móvil (no lo miro demasiado) y tenía un mensaje que decía: “Para realizar la transferencia de 6.000€ utiliza el código......” En ese momento mis manos y mis piernas empezaron a temblar. Yo no había hecho ninguna transferencia. Llamé a la línea de urgencias de BBVA (una vez más), les alerté sobre lo sucedido y les ordené, como titular de la cuenta, que anulasen ese movimiento. Pero me dijeron que no podían. Me confinaron la cuenta, en la que ya solo quedaban 41€.

    Ese mismo lunes, tras un par de noches sin dormir y varias llamadas a la línea de urgencias del BBVA, puse la denuncia pertinente a la Guardia Civil e intenté arreglar el asunto poniendo una reclamación en la sucursal del cajero maldito. A pesar de las reticencias iniciales, me atendieron, me dijeron que el cajero estaba cuadrado (¿quería eso decir que alguien lo había trucado para llevarse mi dinero y/o clonar mi tarjeta?), que me reingresarían los 550€ al día siguiente, que el banco tenía por ley 15 días hábiles para responder a mi reclamación y que se habían producido otras incidencias.

    Han pasado muchas semanas de ese fatídico sábado y no me han abonado ni 1€. Pero no solo eso: tampoco he recibido NINGUNA respuesta del banco. Nadie ha vuelto a contactar conmigo, a pesar de que la ley se lo exige.

    A día de hoy aún no sé para qué sirve el teléfono de urgencias de la entidad, ni para qué existen las leyes si puede llegar un banco y saltárselas a la torera.

    Soy un jubilado al que han robado el dinero por una (o varias) negligencias del BBVA, le han dejado con 41 € en la cuenta y una montaña de desprecio y humillación. Ahora piense que usted podría ser el o la próxim@ víctima. Nos obligan a tener una cuenta, a disponer de una tarjeta de crédito y a ir al cajero para obtener dinero: estamos a su merced. Somos hormigas y ellos elefantes, y nos pisotean una y otra vez. Pero recuerden: si nos pusiéramos de acuerdo unos cuantos miles de clientes a la vez para clausurar nuestra cuenta, cualquier banco se podría ir a la quiebra.

    Nos vemos en los tribunales.

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