Santiago

‘Fumata bianca’ para una depuradora que empezará a funcionar en cinco años

Habrá finalmente autorización ambiental por procedimiento abreviado // La ciudad lleva dos décadas clamando por la obra

  • 06 feb 2021 / 00:00
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La nueva estación depuradora de aguas residuales de Santiago comenzará a funcionar en 2026. Así lo afirmó ayer el alcalde tras el acto telemático en el que se procedió a la firma del convenio que establece el reparto de cargas y permite que en un plazo de tres meses se inicie el proceso de construcción.

En la reunión participaron el regidor, Sánchez Bugallo; la conselleira de Infraestruturas, Ethel Vázquez; la directora general de Aguas de las Cuencas de España (Acuaes), Rosa Cobo; el secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán; y la concejala de Medio Ambiente de Santiago, Mila Castro.

Todos ellos mostraron su satisfacción por el cierre de un acuerdo que, como recordó posteriormente en la rueda de prensa el alcalde, lleva ya diez años de retraso, pues en 2011 ya había un convenio para la construcción de esta infraestructura, pero primero por la decisión de trasladarla de A Silvouta a O Souto, y la decisión en 2018 de regresar a la ubicación original, se fue retrasando, lo que ocasionó que por dos veces se perdiera la financiación europea que estaba prevista.

Ahora, explicó, por fin se podrá llevar adelante gracias al Fondo Europeo para la Recuperación Económica. Las previsiones son que en un plazo de tres meses se pueda conocer ya la decisión sobre cuál de las cuatro propuestas que quedaron finalistas en el proceso selectivo será la adjudicataria.

A partir de ahí se iniciará la tramitación ambiental que aseguró que se llevará a cabo por el procedimiento abreviado, lo que permitiría completar el proceso para finales de este año. De esta forma, las obras se iniciarían en 2022, y estarían completadas para 2025, con el objetivo de que la estación empiece a prestar servicio al año siguiente.

El acuerdo rubricado ayer incluye las obras de construcción de una depuradora que dará servicio a una población de cerca de trescientos mil habitantes, así como la conexión de la misma a la red de colectores existentes, y la ejecución de una nueva acometida eléctrica compatible con las necesidades energéticas de la nueva instalación, dotándola además de suministro eléctrico de respaldo.

En su intervención, Sánchez Bugallo destacó la responsabilidad de las administraciones públicas con los vecinos no solo de Santiago, sino también de todo el entorno, ya que las carencias de la actual estación depuradora afectan también a los municipios situados en la cuenca del Sar. “Entre todos fomos capaces de solventalo”, afirmó sobre el acuerdo.

Y aunque posteriormente en la rueda de prensa reconoció que le hubiera gustado otro reparto de fondos, destacó que después de perder dos oportunidades de financiar la operación con Fondos Europeos, no se podía perder ahora la tercera. “Creo que é moi bo no escenario no que estamos”, concluyó.

Recordó que cuando él dejó el Ayuntamiento, en el año 2011, había un convenio firmado, y estaban consignados unos Fondos Europeos que cubrían el 85 % del proyecto, pero se perdieron, en la siguiente convocatoria, la financiación descendía al 55 %, y ahora, gracias a la aportación especial para hacer frente a la crisis provocada por la pandemia, el porcentaje volvía a subir hasta el sesenta y cinco por ciento.

Por su parte, Ethel Vázquez destacó que a pesar de los cambios de proyecto y de emplazamientos, el Gobierno gallego mantiene su apoyo “sen condicións” al proyecto y contribuye con el 19 % de la financiación de la depuradora. Subrayó que con la firma de este convenio, la Xunta ratifica su compromiso de contribuir a la depuración de las aguas de Santiago y al saneamiento del río Sar.

En este sentido, hizo hincapié en que aunque la depuración es una competencia municipal, y en este caso la depuradora de Santiago es una actuación de Interés General del Estado, la Xunta es la administración que realiza un mayor esfuerzo económico para financiarla, pues la aportación procede íntegramente de fondos propios.

contaminación. En este compromiso de las administraciones con la ciudad también incidió el secretario de Estado, Hugo Morán, al igual que Rosa Cobo. La directora xeral de Acuaes destacó que con esta firma se consigue avanzar en un proceso que permitirá una depuración de las aguas residuales de Santiago compatible con unas condiciones de vertedura al río Sar tal y como exige la normativa vigente, especialmente en lo relativo a la eliminación de nutrientes, resolviendo además los problemas de capacidad hidráulica que afectar a la actual depuradora. Permite, además, una reducción eficiente de la carga contaminante.

El acuerdo ya había recibido previamente el visto bueno de cada una de las tres administraciones implicadas, y ahora solo quedaba pendiente la reunión conjunta para completar el acuerdo.

La nueva depuradora, explicó el alcalde de Santiago, se espera que tenga una vida útil de treinta años, con capacidad para cubrir el posible crecimiento de la ciudad durante este tiempo.

Tres opciones posibles para recuperar la financiación municipal
Bugallo destaca que la decisión la deberá tomar la próxima Corporación en 2025

Santiago. La financiación de la nueva Edar supondrá una inversión de cincuenta y seis millones de euros, de los que el 65 % (36.582.000) se financiarán con cargo al Fondo Europeo de Reconstrucción; el 19 % (10.826.000 ) será aportado por la Xunta a través de Augas de Galicia, y los restantes 8.572.000 euros más IVA correrán a cargo del Ayuntamiento, que los hará efectivos a través de un préstamo formalizado por Acuaes y repercutido en 25 años.

Sánchez Bugallo recordó que este acuerdo llega después de perder los Fondos Europeos de los períodos 2007-2013 y 2014-2020, y que “non podemos desaproveitar esta terceira oportunidade que se nos presenta”. Además, destacó que en esta ocasión la parte que cubren los fondos es del 65 %, frente al 55 % del anterior plazo, de forma que “cun total do 84 % do custo total subvencionado non podemos dicir que non vale”.

En lo referente a la polémica sobre si la parte que tiene que poner el Ayuntamiento se hará repercutir posteriormente entre los ciudadanos con una subida del recibo del agua, el regidor explicó que esta decisión la deberá adoptar la próxima Corporación municipal a partir de la entrada en funcionamiento de la depuradora, ya que no quiere tomar decisiones que afecten a mandatos futuros.

Explicó que hay tres opciones; que este coste lo asuma Raxoi con recursos propios; que se amortice durante veinte años en el recibo del agua de los vecinos, o que se establezca un reparto a medias entre las arcas municipales y los usuarios del servicio.

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