Santiago

Hondo pesar por el fallecimiento del fotógrafo Manolo Blanco Rey

Reportero de primer nivel, sus imágenes sobre la explosión del buque Casón en la Costa da Morte dieron la vuelta a España

  • 03 oct 2022 / 01:28
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El fallecimiento, ayer, a primera hora, del fotógrafo Manolo Blanco Rey ha causado profunda conmoción entre los fotoperiodistas de Galicia, a cuyo gremio perteneció durante décadas. Contaba 74 años y residía en Santiago. Con él desaparece uno de los profesionales de la fotografía con más experiencia y un sorprendente ojo clínico para lograr alguna de las mejores imágenes publicadas en las portadas de EL CORREO GALLEGO, empresa en la que trabajó durante décadas y en la que se jubiló.

Sus restos mortales se velan en el Tanatorio Boisaca, sala número 2. Hoy, a las once y cuarto de la mañana, se celebrará una misa por su eterno descanso y a continuación será incinerado. Sus tres hijos, Manuel, Pili y Patricia, pese a que el velatorio se realiza en la intimidad familiar, están recibiendo numerosos testimonios de condolencia. Manolo Blanco era muy conocido y apreciado en Santiago. Residió en las zonas de Quiroga Palacios y Os Basquiños antes de trasladarse a Cacheiras. Más tarde fijó su domicilio en Porto do Son y en Vilaxoán, para regresar definitivamente a Santiago, al barrio de Vista Alegre.

Desde muy joven, su pasión por la fotografía le llevó a asociarse con su cuñado, que regentaba el mítico local Fotos Novoa. Se dio la circunstancia de que entonces el Hostal tenía cedida la exclusiva de las imágenes en el interior del establecimiento a esta familia, que tenía su negocio en Azabachería y luego pasó al Preguntoiro, colindando con la antigua sede de EL CORREO GALLEGO. Más tarde, se abrió otro estudio de fotografía, Blanco y Lalo, en la Rúa Nova, integrado por Manolo y el padre de Antonio Hernández, actual reportero gráfico de esta casa. Ya entonces compatibilizaba los dos trabajos, el periodístico y el de bodas, bautizos y primeras comuniones.

Su jefatura en EL CORREO, que se prolongó durante casi cuatro décadas, descubrió a uno de los mejores reporteros gráficos de Galicia. Todavía hoy se recuerdan las impresionantes imágenes captadas por su cámara durante la explosión del buque Casón en A Costa da Morte, que obligó a evacuar a toda la población de la zona. Durante una semana de incertidumbre y peligro convivió al pie de la noticia. Sus exclusivas se publicaron en gran parte de la prensa de la época. También colaboraba con El País, diario que llevó a portada algunos de sus aciertos de impacto.

Recibió el Premio Galicia de Comunicación en 2004, realizó exposiciones en el Pazo de Fonseca y en otros centros culturales de Santiago y Galicia, fue vicepresidente y fundador de la Primera Asociacion de Fotógrafos Porfesionales de Galicia, era considerado entre los mejores especialistas en las fotos en blanco y negro. Para revelar las imágenes en el antiguo sistema, él mismo seleccionaba los químicos en Droguería Bermejo y luego en el cuarto oscuro lograba los mejores contrastes. Un trabajo de artesanía pura, que dominaba. De ahí pasó al color en fotogramas y más tarde a la fotografía digital. Era un profesional que llevaba en la sangre el oficio.

Muchas de sus imágenes figuran en la serie de libros O pasado nunca pasa, editados por el conocido editor José Luis Teófilo. Manolo Blanco deja recuerdos imborrables entre quienes prestamos servicio en esta casa. Fue un amigo leal y siempre defendió los colores de EL CORREO. Expresamos nuestra condolencia a sus familiares y les acompañamos en el dolor.

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