Los ‘hiperlímites’ de 30 km/h llegarán también a Romero Donallo y Choupana

Los nuevos límites de velocidad para vías urbanas y travesías, que aprobó el Consejo de Ministros en noviembre, entrarán hoy en vigor en toda España. Por tanto, el límite de velocidad en vías urbanas será de 20 km/h en vías que dispongan de plataforma única de calzada y acera; de 30 km/h en calzadas de un único carril por sentido de circulación y de 50 km/h en vías de dos o más carriles por sentido de circulación. Según la Dirección General de Tráfico (DGT), los motivos que le han llevado a implantar esta medida son, en primer lugar, la demanda de los ayuntamientos para tener un paraguas legal normativo y poder aplicar los 30 km/h en sus localidades. En este sentido, desde el Concello de Santiago aprovecharán este nuevo escenario para limitar la velocidad en los principales accesos a la ciudad.

La idea, tal y como adelantó ayer a este periódico el concejal de Tráfico e Mobilidade, Gonzalo Muíños, es aplicar el límite de 30 km/h en la zona de San Lázaro, A Choupana o en la avenida de Romero Donallo, puesto que todos estos lugares soportan un levado tráfico de vehículos a lo largo del día. También contemplan reducir a 20 km/h la circulación en las calles del Campus Vida. En O Restollal o en la avenida de Lugo se mantendrá el límite de 50 km/h.

De hecho, en Romero Donallo está uno de los cinco fotorrojos situados en distintos puntos de la ciudad, junto a los de Amor Ruibal, Avenida de Lugo, praza de España y praza da Paz. “Nuestra intención es seguir tomando medidas para mejorar el tráfico y avanzar en nuestra intención de peatonalizar y semipeatonalizar muchos espacios de la ciudad”, destaca Muíños, quien añade, además, que ya con anterioridad el Concello puso en marcha la Zona 30 en todo el Ensanche.

Igualmente, hace unos meses , Raxoi activó un plan de peatonalización parcial –a partir de las 15.00 horas– en el entorno de la Praza de Abastos, desde Tras San Fiz de Solovio hasta la praza de Mazarelos. Con esta medida, el gobierno local de la capital gallega busca liberar de coches este punto de la zona monumental, teniendo en cuenta la gran cantidad de peatones (vecinos, comerciantes, turistas, peregrinos, estudiantes...) que transitan por estas zonas y que convivían a diario con el constante paso de vehículos.

Ante este escenario, el Concello apostó por limitar la circulación, y permitir el acceso solo a los residentes y transporte de mercancías. “Es uno de los pocos espacios que restaba por peatonalizar en el casco histórico; queremos recuperar la zona para los vecinos”, sostiene Muíños.