Santiago

Mejor salario que subvención

    • 24 may 2020 / 23:58
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego

    Estamos, en el presente, dándole vueltas al tema de la implantación de la Renta Básica, como instrumento social con el ánimo de aliviar, un poco, las necesidades que nos trae la pobreza instalada en nuestra nación. Un invento más con el que la cúpula social gubernativa intenta poner remedio a lo que no lo tiene, en demasía, yendo por el camino que vamos. Menos es nada, dice el adagio, pero aquí estamos enfrentados a un problema de vital necesidad, donde la urgencia no puede suplantar a la creación de recursos, cuando los fondos no dan para todo.

    Es decir, está bien subvencionar allí donde las carencias urgentes son cuestión de vida o muerte. Pero es de sentido común, cuando lo hay, que gastar sin reponer lleva al caos a cualquier economía. Por eso, la teoría de la subvención pierde peso cuando con ella, de lo que se trata es de taponar necesidades del presente, sin mirar al futuro. Es preciso no olvidar que de donde sale el dinero es del trabajo y, si se destruye o no se crea trabajo, se acaba el dinero y se acaban las subvenciones, que , en este caso, entran en el parentesco de las limosnas. Queda muy bonito, y electoralmente positivo, abrir la mano paternalista y proponer leyes que obliguen a depositar la moneda pequeña en la mano del menesteroso. ¿Hasta cuándo? Este es el primer problema. Depende de la pretendida caja sin fondo del maltratado tesoro público. ¿Y con cuánto? Este es el segundo.

    Depende de la verdadera necesidad del socorrido, que, en esto, hay mucha sorpresa y mucha falsedad, porque resulta que lo que a unos les llega a otros les falta y puede que haya a quien le sobre, por aquello de la economía sumergida. Y luego, a las cosas, para que nos entendamos, hay que llamarlas por su nombre.

    Esto que el petulante gobierno actual, que pierde el tiempo dedicándose a los hallazgos lingüísticos, denomina, impropiamente, con el nombre de renta, en realidad, no lo es, porque renta es lo que sale del trabajo, mientras, en este caso, sale del erario público. No mejoran las cosas porque se les cambie de nombre. Y, cuando el político, al legislar, busca, en primer lugar, el voto como renta, confunde, igualmente e intencionadamente, cualquier tipo de rentabilidad. La renta del trabajo, dentro de los parámetros de dignidad y justicia, es siempre recurso honorable y gratificante, ya que sale del esfuerzo personal, tiene condición de propiedad individual y es contraprestación, respondiendo al concepto trabajo por dinero. No haya duda . Mejor que un pez una caña de pescar. Mejor que subvención renta salarial.

    TEMAS
    Tema marcado como favorito
    Selecciona los que más te interesen y verás todas las noticias relacionadas con ellos en Mi Correo Gallego.