Problemas para asentar a la población por falta de medios y precios elevados

A pesar del crecimiento paulatino del número de habitantes, Santiago tiene un problema grave para asentar población. Con un tránsito real de gente muy por encima de los datos de residentes, la capital gallega, por una razón o por otra, no es capaz de captar ese gran volumen de personas a su padrón municipal, lo que le impide superar la cifra redonda de los cien mil habitantes. Así, tal y como se apunta desde Raxoi, se da una situación anómala, puesto que, disponiendo de posibilidades para atraer vecinos, estos, realizando la vida diaria en Compostela, se marchan a vivir a concellos limítrofes.

“Santiago ten arredor de si uns concellos cun nivel de poboación nova, en moitos casos, que excede o que sería razoable no entorno dunha cidade de 100.000 habitantes. Non é normal que tendo espazo para medrar urbanisticamente, con solo dotado para construír, que a xente se vaia a outros municipios porque a vivenda é máis accesible”, apunta Sindo Guinarte, concejal de Presidencia, en declaraciones a EL CORREO.

En este sentido, según explica, varios son las posibles causas por las que se perdieron oportunidades para ganar habitantes, tanto en el pasado como en la actualidad. Entre esos factores queda patente que la urbe no se adapta a las preferencias o características que necesitan los jóvenes, o no tan jóvenes, para emanciparse y asentarse en un territorio.

Desde esta perspectiva, uno de los principales fundamentos está en el altísimo precio del metro cuadrado, muy por encima de las posibilidades de la gran mayoría de compostelanos. A niveles próximos de A Coruña o Vigo, Santiago supera ampliamente el valor de las viviendas de Pontevedra, Ourense o Lugo. Este hecho dificulta que las familias se asienten aquí, prefiriendo otros lugares más asequibles.

Asimismo, sin duda, teniendo en cuenta el alto coste de un inmueble nuevo, la ausencia de una oferta de alquiler tradicional, remarcada en estas mismas páginas en las últimas semanas, tampoco ayuda. Esta circunstancia beneficia la subida de precios y, al mismo tiempo, complica la vida a los posibles interesados. Por cada opción en el mercado, existen múltiples interesados, lo que empeora las calidades que se encontrará el futuro morador, quien se tendrá que conformar con lo que hay, dentro de un proceso que se ha convertido en una especie de subasta.

A mayores, señala el concejal, la pandemia puso en valor las propiedades con terrenos y espacios verdes, unas singularidades difíciles de encontrar en el municipio, cita.

En esta enumeración de posibles razones para entender esta problemática compostelana, Sindo Guinarte pone en la mesa la carencia de viviendas de protección oficial (VPO).

“Hai que ter en conta que nos últimos doce anos, practicamente non se construíu ningunha VPO. Agora estase a facer unha promoción no Castiñeiriño, pero é a primeira en moitos lustros”, critica.

De este modo, Raxoi ha intentando recuperar durante esta legislatura la empresa municipal Emuvissa , de fomento del parque público residencial en la urbe. Así, bajo este régimen, los beneficiarios obligatoriamente tendrían que estar censados en la capital gallega.

DIFICULTADES CON LAS VIVIENDAS VACÍAS. Uno de los focos marcados por todos como motivo de la falta de inmuebles en Compostela está en la cantidad de construcciones vacías (las últimos datos señalaban que podrían llegar a ser cinco mil habitáculos), especialmente en el casco histórico. Con todo, desde Raxoi, insisten que falta determinación, a nivel autonómico y estatal, y medios para hacer uso de ellas.

“Hai un número importante de vivenda baleira, aínda que non é tan elevada como se di. En todo caso, tampouco temos mecanismos como para mobilizala. Poderíanse incrementar os impostos, como o IBI, para favorecer que se poñan no mercado de alugueiro, pero para iso sería necesaria unha normativa autonómica ou estatal que catalogase eses inmobles. Falta esa determinación, que nalgunhas Comunidades Autónomas si existen”, concluye el edil.

Por ello, estando en posibilidad de crecer a un ritmo mucho mayor, Santiago se conforma con rozar los 100.000 habitantes, mientras observa con recelo como se desarrollan los concellos limítrofes.