Santiago

Sin cierre en vacaciones, la Cocina Económica seguirá dando de comer en agosto

Tras dos años sin relevo de Cáritas, entregarán bocadillos para la cena // Esperan poder reabrir el comedor en septiembre

  • 31 jul 2020 / 00:00
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La Cocina Económica no cierra por vacaciones este agosto, como era habitual desde hace casi una década, cuando tomaba el relevo Cáritas, que convertía el colegio La Salle en comedor social. Así, por segundo año consecutivo, seguirá dando de comer a personas en riesgo de exclusión social.

Aunque aprovechaban agosto para dar un merecido descanso a las hijas de la Caridad y a los voluntarios que trabajan en el comedor social compostelano, además de para hacer pequeñas obras de mantenimiento o reparación, este agosto seguirán trabajando, tal y como explicó a este diario Javier Brage, coordinador de la institución. “Seguiremos este próximo mes dando de comer a gente sin hogar o a aquellos que precisen de este servicio”.

Así, plantean continuar, como hasta ahora, dando táperes con menús tanto en el desayuno como en la comida, aunque con la diferencia de que no habrá servicio de cenas.

En este sentido, Brage indica que al mediodía, además de repartir la comida, con entrante, primer plato y postre, distribuirán bocadillos.

De esta manera, los usuarios podrán obtener una bolsa con bocadillo, agua y fruta para llevar.

Hay que recordar que la Cocina Económica de Santiago volvió a retomar su actividad habitual el 9 de abril tras pasar una cuarentena en la que se tuvo que continuar con el servicio de comedor social a través de cáterin tras la desinfección de las instalaciones debido a que tres de las Hijas de la Caridad resultaron afectadas por el coronavirus, aunque afortunadamente se recuperaron sin ningún problema. Entre ellas, sor Alicia, la directora de la Cocina Económica.

Así, desde esa fecha, los usuarios debieron entrar de uno en uno, manteniendo la debida distancia social, así como con el uso de mascarilla. Una vez dentro, se les están dando táperes para llevar debido a la imposibilidad de poder compartir espacio en el comedor social.

Según Brage, la pandemia provocó que llegasen a atender a más de doscientos usuarios, duplicando el servicio habitual.

Además, voluntarios de Cruz Roja se ocuparon de repartir una treintena de menús en las casas de familias con recursos limitados, una situación que se vio agravaba por la falta de comedor escolar.

En este sentido, el coordinador de la Cocina Económica explica que los bonos repartidos por el Ayuntamiento para familias con dificultades les permiten realizar sus compras y productos básicos en varios supermercados y tiendas de barrio.

Brage indica que “actualmente ha bajado el número de usuarios, aunque seguimos con unos 150 al mediodía, a los que se suman otro medio centenar al desayuno y aproximadamente setenta a la cena”.

Preguntado sobre la reapertura del comedor, Javier Brage asegura que “estamos pendiente de cómo evoluciona la pandemia del coronavirus, y de las directrices que marque la Consellería de Sanidade sobre aforo, limpieza de las instalaciones y ver si finalmente es viable esta apertura”.

“Confiamos”, señala, en “poder abrir entre septiembre y octubre, aunque debemos ver primero cómo sigue el tema del covid-19”.

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