Santiago
Alejandro Pardo está recuperando el ritmo de actividad en el Bar Rosalía de Castro y en el Croques, merced a su buen hacer y a adaptarse a las necesidades actuales TEXTO Brais Fdez.

Trabajo y sacrificio para seguir adelante con fuerza

  • 31 mar 2021 / 10:17
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Sin decaer en su empeño empresarial, Alejandro Pardo empieza a ver la luz en sus negocios de la capital gallega. Después de un periodo eterno en el que las restricciones ahogaban al sector de la hostelería, el joven emprendedor está recuperando el ritmo de trabajo, merced a su buen hacer y a unos claros e importantes protocolos sanitarios, que anteponen la seguridad y la salud de sus clientes y trabajadores.

En la medida de lo posible, respectando las restricciones que siguen imperando en toda la ciudad, está logrando funcionar a pleno rendimiento, especialmente, en las terrazas de sus dos establecimientos: el Bar Rosalía de Castro, en la Plaza de Vigo; y el Croques, en la Plaza de la Quintana. “Siempre tuve claro que mis dos locales iban a levantar cabeza”, confiesa aliviado su propietario.

A sus veintisiete años, Álex cuenta con un amplio recorrido en el sector, por lo que se ha sabido adaptar a las nuevas exigencias derivadas de la pandemia de la COVID-19. En especial, además de medidas como la distancia de seguridad o los geles, han instalado en el Rosalía una puerta automática para evitar la manipulación de las personas al entrar. A mayores, aprovechando este periodo, “hicimos una reforma integral en los baños del Rosalía y otra general en el Croques”, comenta.

Asimismo, adaptan su oferta a los gustos de sus consumidores, con una carta en la que prima la calidad sobre la cantidad. “Nos centramos mucho en los menús del día y en la venta de pulpo, realizada por encargo entre semana, mientras que los fines de semana siempre está listo al momento. Además, tenemos unas croquetas caseras riquísimas y los viernes tenemos tapa de churrasco, que hace las delicias de todos”, señala.

Estas elaboraciones no sólo se pueden consumir en el local, sino también se pueden llevar a domicilio, una alternativa que está teniendo una gran acogida entre la clientela, con un importante repunte en las ventas.

Por su parte, en el Croques, conocido por su amplia terraza en una de las plazas más emblemáticas de Compostela, cuentan con una amplia variedad de raciones, entre ellas el famoso churrasco de la casa, perfectas para tomar en un entorno tranquilo y tan especial.

Este buen hacer también se debe a la dedicación y al enorme trabajo que hay detrás, una labor que Alejandro Pardo realiza encantado, ya que su finalidad siempre es la satisfacción del cliente. “Ahora me esfuerzo y trabajo todo el día, como en mis inicios como empresario, en el antiguo Croques, que estaba en la plaza de San Clemente”, concluye.

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