¿Afectan las emociones al dolor de espalda?
Muchas son las causas que pueden provocar un dolor en la espalda.
– Accidentes
– Hernias
– Enfermedades congénitas
– Malas posiciones
– Artritis
-– Levantar pesos inadecuadamente
– Exceso de ejercicio físico no controlado
– Calzado inadecuado
– Dieta deficitaria...
Una causa que no se tiene muchas veces en cuenta es la mala gestión del estrés y las emociones pueden llegar a provocar dolores crónicos de espalda.
El estrés y las emociones pueden generar desde molestias físicas variadas, pero es la espalda el lugar donde aparecen con más frecuencia, desde un malestar continuo hasta dolores agudos que impiden el movimiento.
La espalda tiene una función importante de proteger y cubrir el delicado sistema nervioso. La columna vertebral es el soporte de nuestras cargas físicas, pero también de la sobrecarga emocional.
El dolor es como un timbre que nos avisa de que algo no está bien. Si lo intentamos hacer callar con fármacos no servirá de nada, si entre las causas de ese dolor están las emociones mal gestionadas.
Los dolores de espalda son frecuentes en personas con depresión o ansiedad. Y los estados de preocupación, angustia, miedo..., se relacionan con un desequilibrio químico de los neurotransmisores serotonina y noradrenalina de nuestro cerebro.
La serotonina y noradrenalina participan en la regulación, el sueño y el estado de ánimo.
Por otra parte, el estrés o la ansiedad producen mayor nivel de cortisol en sangre, responsable de una mayor tensión muscular.
¿Cómo se puede tratar este dolor de espalda?
Con la alimentación, aumentaremos los niveles de serotonina y noradrenalina, y para ello, evitar el consumo de hidratos de carbono simples y aumentar el pescado azul, carne, huevos, legumbres, cereales, frutos secos, semillas, germen de trigo, plátano, manzana, etc.
Se recomienda ejercicio físico al aire libre, y entrenar a nuestro cerebro para que trabaje a nuestro favor. Reconocer la emoción que hay detrás de nuestro dolor de espalda, es el primer paso para liberarnos de él. Cada zona de la espalda se relaciona con diferentes emociones y aprender a gestionarlas ayudará a evitar que sigan somatizando en tu espalda en forma de dolor.
Si te sientes identificado y quieres consultarme tu caso puedes hacerlo en consulta@otiliaquireza.com. Estaré encantada de poder ayudarte.