ENTREVISTA
Javier Peña, escritor

“Escribo las novelas que yo querría leer, creo que hay que hacerlo con honestidad”

08 sep 2021 / 01:00
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A Coruña, 1979. Javier Peña, tras su existoso debut narrativo con ‘Infelices’ de la editorial Blackie Books, acaba de presentar su segunda novela, ‘Agnes’, dando el salto al ‘thriller psicológico a través de una protagonista, femenina: Agnes. Su narrativa está envuelta en un gran cambio vital. Tras tomar la decisión de abandonar el trabajo que no le hacía feliz, se lanzó de lleno a la literatura.

Tuviste un importante cambio de vida, pasaste de trabajar como asesor en la Xunta de Galicia a escritor, dejando todo eso atrás. ¿Por qué?

Estaba muy a disgusto. En la Xunta tuve dos etapas. La primera fue en la Consellería de Cultura, cuando era conselleiro Roberto Varela. Aquello duró algo más de dos años y yo estaba muy contento, porque hacía discursos de cultura, que es lo que realmente me interesa. Pero después de ese tiempo, desaparece la Consellería de Cultura como tal y me quedo sin trabajo. Entonces, en ese momento, me ofrecen ir a trabajar a la Consellería de Traballo e Benestar, y allí sí fui muy infeliz. Siempre dediqué mi escritura a temas de cultura, que me gustaba, pero en Traballo eran discursos meramente políticos, casi estadísticos. Lo que parecía un parche se prolongó cinco años.

Me salvaba en aquel momento el apoyo de mis compañeros, pero hacia el final, mi compañera más cercana enferma de cáncer, recae y tiene una metástasis y termina falleciendo. Todo esto me decide a tomar cartas. Yo era infeliz y el único gancho, que era Paula, desaparece. Y justo en ese momento nace Infelices, la primera novela, que tiene mucho que ver . Es ahí cuando la editorial Blackie Books se interesa por ella y veo esa puerta para poder salir y dedicarme a lo que realmente me gusta, que es la literatura.

Todos, cuando empezamos nuestra carrera profesional, nos marcamos unos determinados objetivos a cumplir... En tu imaginario estaba escribir una novela, o nació el sueño con los años?

Estudié periodismo pensando en ser escritor, y creo que lo hice de forma equivocada. Siempre digo que entre escribir ficción y el periodismo hay muchísima distancia. Es quizá lo más diferente que hay. Yo siempre quise hacerlo, pero también es verdad que van pasando los años y me tiraba más trabajar para ganarme la vida. Con Blackie Books la alternativa me llegó con 40 años, cuando ya no esperaba esa oportunidad. Entonces se dió esta casualidad. La vida que llevaba me empujó a escribir como una terapia, como una forma de entenderme y eso, paradójicamente, me condujo al momento más feliz de mi vida y a dedicarme a lo que siempre soñé.

Infelices fue tu debut narrativo después de ese gran cambio, y ahora publicas Agnes. ¿ Cómo es avanzar en el mundo editorial, en lo que realmente querías?

Es muy distinto a lo que puedas imaginar. Cuando lees los libros no conoces todo el trabajo que hay detrás y descubrí que los libros son tema autor pero realmente hay un trabajo muy importante y editorial detrás. Explicarle a los medios y a la gente qué es el libro y que lo quieran leer. Es una labor muy difícil y a la vez muy bonita.

Tras el primer éxito, ¿cómo fue el proceso de escribir Agnes? ¿Hubo miedos, dudas o, por el contrario, fue sencillo lanzarse con la segunda historia?

Esta novela la escribí antes de que saliese Infelices. Yo dejo mi trabajo en la Xunta el 31 de diciembre de 2016 y firmo con Blacki Books ese mismo año, pero la publicación del primer libro se retrasa hasta 2019. En ese tiempo tengo la posibilidad de dedicarme en exclusiva a lo que quiero hacer, y lo único que hice fue escribir el primero borrador de Agnes, una experiencia maravillosa. Por eso empecé cuando Infelices aún estaba sin publicar. Lo que cambia es un poco la publicación, el feedback con los lectores. Pero tú no puedes escribir una novela para que le guste a la gente. A mí me gusta escribir la novela que yo querría l eer. Creo que hay que escribir con esta honestidad, porque el lector nota cuando es así.

Agnes tiene puntos en común con infelices. Santiago es un espacio importante para el desarrollo, y las profesiones de los personajes principales están relacionadas con el mundo profesional que dejaste atrás. ¿Crees que estos personajes son el reflejo de quien los escribe?

Más que un reflejo de quien los crea es un reflejo de cómo ve la vida. Cuando tú creas personajes lo haces a través de las deducciones que tienes de una persona. Normalmente, en los talleres de escritura creativa te dicen que escribas sobre lo que sabes. Yo he vivido muchos años la profesión de periodista y ahora la de ser escritor, y son experiencias que te inspiran. A la hora de escribir, yo puedo imaginar más como piensa un periodista que como piensa un médico. Es muy fácil que cuando escribas te bases en tu propia experiencia, y esa es la razón por la que Santiago está muy presente. Llevo 24 años viviendo aquí, por lo que para mí Santiago es mi espacio, es mi ciudad.

Es verdad que también hay otras localizaciones en Agnes y en Infelices. En Agnes está Croacia, Grecia, partes de Italia que son localizaciones que conozco, en las que viví experiencias. Son localizaciones menores que me sirveron para que Luis Foret, el escritor misterioso, esté hoy aquí, mañana allí, y la gente no lo pueda localizar y mantener su misterio. Pero sí, considero que Santiago es la base geográfica de mi escritura y pienso que lo seguirá siendo.

En Agnes, los personajes son un rostro cotidiano de la realidad, que se trata con humor e ironía. En la vida y en la literatura, ¿son importantes estos recursos?

Creo que sí son importantes. Para mí, el humor es indispensable para soportar la vida. Soy una persona bastante pesismista. Si no somos capaces de tomarnos los reveses de la vida con algo de humor y reírnos de la desgracia no lo vamos a poder soportar. En Infelices decían que se mezclaba muy bien la tristeza y el humor. Los gallegos somos muy realistas, tenemos una capacidad muy grande de analizar el mundo, y a la vez, reirnos de eso. A veces me dicen ¡ “qué duro eres con los personajes”!, pero es al revés, yo creo que al reírte estás suavizando el dolor. Si mis novelas no tuvieran humor serían dramas terribles e insoportables.

Una vez publicado y pasado todo el proceso de convertir la idea en libro ¿ Cuáles son tus planes?

Entre mis planes hay un tercero, un cuarto y un quinto libro. Dejé la Xunta con la idea de ser escritor y quiero seguir por ese camino; así que sí tengo en mente una tercera novela pero aún no he empezado a diseñarla. Después, tengo muchísimos proyectos, y todos rodean la escritura, como los talleres de Blackie Books, y el proyecto de la Cidade da Cultura, donde este año hicimos la Residencia Literaria, una iniciativa que me entusiasma y que me gustaría que creciera como una cantera de escritores gallegos.

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