ENTREVISTA
Javier Urra. Doctor en Psicología y Ciencias de la Salud. Académico de Número de la Academia de Psicología de España. Primer defensor del menor

“La pandemia nos ha impedido salir hacia afuera y nos ha obligado a mirar adentro”

19 mar 2021 / 01:00
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Con la pandemia, creo que nos hemos puesto a prueba a nosotros mismos. ¿Estamos empezando a conocernos un poco más?

Pues sí, estoy de acuerdo. Creo que nos ha impedido salir hacia fuera y nos ha obligado a mirar hacia dentro. Esto es importante y diría que positivo en ese sentido. Muertes, dolor, pérdidas, sufrimiento, crisis económica... todo esto de pronto nos ha parado y hemos dicho: ¿qué es lo esencial? Y es el contacto, aunque sea online, trasladar cariño y afecto, aunque sea a personas que hace tiempo que no vemos... Por eso es importante que no se nos venga abajo el sistema tecnológico.

La gente ha sido más emocional, pero en cuanto tenga ocasión de volver a su cotidianeidad, volverá.

Hay quien me cuenta que a nivel psicológico se siente peor ahora que hace un año, en pleno confinamiento. Personas que no han perdido ningún ser querido, ni su trabajo... ¿No tendrían que estar ‘acostumbrados’ si no han pasado por el verdadero dolor de la pandemia?

Hay dos cosas: una, la fatiga emocional –daba la sensación de que una vez superado el confinamiento, el tema estaba acabado (y ya hemos visto que no). Dos: hay muchísima tristeza, una cierta depresión generalizada por lo que pasó, por lo no resuelto, por los miedos y por la incertidumbre que sigue existiendo. Todo eso ha ido menoscabando la capacidad física, emocional, psíquica de las personas.

De todos modos, deja que ponga en interrogante a esas personas que dicen que están peor ahora que cuando nos confinaron. Lo que pasa es que ahora no están confinados y ven las cosas desde otro punto de vista.

Se calcula que las patologías mentales han aumentado un 20 %. Y es que el ser humano está muchísimo más dañado de lo que cree porque somos muy de contacto, muy de piel con piel y hemos salido adelante con muchas pérdidas, duelo y ahora con mucha incertidumbre (mira ahora lo de AstraZeneca).

Entonces de pronto se ha dado cuenta de que la muerte está muy cerca, y eso le daña mucho, porque lo que necesita es tener seguridad y proyectarse. Y ahora las previsiones han caído. Y el ser humano nota que ya no es el director de orquesta de su vida y ahí lo único que puede hacer es fortalecer su carácter porque las circunstancias van a venir dadas y seremos quienes podamos o no afrontarlas. Y eso depende de nuestras características personales.

Fortalecer nuestro carácter es más necesario que nunca, Javier. ¿Qué nos va a aportar su nuevo libro, editado por La Esfera de los Libros?

Conocimiento. Va a enseñar a convivir con el sufrimiento, a dar instrumentos para ser más flexibles, a posicionarnos, a manejarnos en la incertidumbre, a ver nuestras características éticas y morales (se ha dejado morir a muchos ancianos en residencias y eso ha generado un dolor incalculable en la ciudadanía). El libro también enseña a relativizar, a no engañarse a uno mismo y a aprender a valorar los pequeños detalles, pararse a pensar, pararse a reír (que en este momento el humor es esencial, aun estando mal), perdonar a otras personas.

No quedarse paralizado es importante. Y luego habría que intentar conquistar el miedo, esos fantasmas. Hay que valorarse como persona (pero tampoco pasarse), ponerse a hacer y no perder la esperanza, porque el ser humano necesita oxígeno, agua, mucho menos alimento y esperanza. Sin ella no se puede vivir.

El libro intenta instruir en cómo cuidar nuestro ser, tanto emocional como cognitivo. Y emplear también el sentido del haber (tengo que hacer cosas aunque no me apetezcan por el bien de la sociedad, y ser agradecido.

Somos vulnerables, ¿verdad?

Somos muy vulnerables. Es más, se puede nacer y morir en el mismo día y no hay ninguna circunstancia que garantizara que tú pudieras hacerme la entrevista mañana. Nos estamos conociendo en la adversidad, creo también como psicólogo que la tristeza y el sufrimiento es normal. Lo anormal fue hacer de esto casi una fiesta. Frases como “hemos vencido al virus” hacen mucho daño, pero pienso que la gente se ha dado cuenta de que es resiliente. Aguantaríamos tantos confinamientos como nos echaran, sin duda, aunque más dañados, como ha hecho siempre el ser humano (ejemplos: la Guerra Civil, conflictos mundiales...).

Hemos aprendido mucho de la calidez, del cariño. Lo que debemos hacer es disfrutar, aunque sea con dificultades. Fíjate que los niños han tenido la oportunidad de estar más tiempo con sus padres, y cuánto lo agradecen.

Y aunque creo que el ser humano va a aprender muy poquito a título individual, la especie humana sí lo hará.

Dice que “para ser dueño de uno mismo, ineludiblemente hay que gestionar las emociones”. ¡Qué difícil!

Nadie ha dicho que fuera fácil. Gestionarlas no es dominarlas o controlarlas.

Cuando llega la pandemia yo pienso: “e mí se espera que dé mensajes o que escriba un libro que tenga contenido, de mí se espera que como primer defensor del menor llame en un momento dado al Gobierno y recomiende que los niños tienen que salir. Lo hice”. He controlado totalmente mis emociones. ¿Esto es exigible a todos los seres humanos? No. Intento ver la parte optimista de una situación dura y terrible (yo perdí a mi madre). Esto es autoeducarse, autogobernarse, y se gana con el tiempo, como si vas todos los días al gimnasio, acabas musculándote. Y que conste que eso no quiere decir no dejarse llevar por emociones, percepciones, momentos bajos. Una clave muy importante en la vida es ayudar. Cuando lo haces, tienes muy poco tiempo para fijarte en ti mismo.

Me llama la atención el peón de la portada. Cuánto subestimamos a esta figura, que es esencial en la estrategia del ajedrez...

La idea ha sido del diseñador de La Esfera de los Libros, muy bonita, muy certera. Y como el ajedrez es un deporte cognitivo muy interesante, donde cada pieza tiene su papel, es un juego donde tienes que ganar, pero sobre todo intentar no perder. Esa es la vida, en la que siempre hay que caminar hacia los otros. El ser humano siempre ha creído que tiene todo controlado y no es así. Pero una vez que se sabe, uno tiene que vivir sin miedo, con ilusión y con ganas y disfrutar de las pequeñas cosas de la vida. Esto es la esencia.

Temperamento, carácter, personalidad

¿Son términos que no siempre usamos bien? Cierto El temperamento se hereda y no cambia nunca, es como la altura o el color de los ojos . La herencia tiene un peso importante, el 50 % del ser humano. Luego está el carácter, donde está el yo y mis circunstancias. Si estas cambian, en algo me modifico yo . Y luego está la personalidad (como si tú decides a partir de mañana ponerte a caminar a las seis, no tomar cerveza, pan y comer muchas ensaladas), que sí está en nuestras manos. Todo eso conforma el equilibrio mental, que es psicofísico, social y cultural. Esos son los componentes del ser humano.

Dice en su libro que “el futuro de una persona está determinado por su personalidad”.

Así es. Si es muy quejicosa, muy victimista, poco alegre, se jubilará sin amigos. Pero si es muy generosa, muy proactiva, tendrá mucha gente a su alrededor. Si una persona es muy persistente, conseguirá sus objetivos (sean los que sean). El carácter es el destino.

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