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Los itinerarios de Antonio Palacios

    • 02 ago 2021 / 00:25
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    Antonio Palacios (O Porriño, 1874-Madrid, 1945) es uno de las grandes arquitectos históricos, de la primera mitad del siglo XX y ha dejado un numeroso conjunto de obras de gran calado en Madrid y Galicia; tuvo gran reconocimiento en los comienzos, en los años centrales de su carrera pero el tramo final de su existencia fue oscuro, se había apagado su estrella, ensombrecida por la llegada del “Movimiento Moderno”. Igualmente le sucedió a Antoni Gaudi, condenado al ostracismo en los años 40, 50 y 60 hasta que su obra fue recuperada y puesta en valor en la década de los setenta, en Barcelona. Palacios y Gaudí, llegaron a conocerse e intercambiaron correspondencia.

    En Madrid, las obras de Palacios han influido en la configuración de la fisonomía de la ciudad que conocemos, en el corazón de la capital. La presencia del edificio de Comunicaciones actualmente sede del Ayuntamiento, proyectado por Palacios y Otamendi en 1904, construido entre los años, 1907-1918, define la plaza de la Cibeles y dialoga con total armonía con las edificaciones históricas cercanas; en la calle Alcalá se concentran y reconocen otros edificios suyos: el de las Cariátides, inicialmente Banco Español del Río de la Plata (1910- 1918), la casa Palazuelo (1908 ), el Círculo de Bellas Artes (1921-1926), el Banco Mercantil e Industrial (1936), y en otras zonas de la capital el Hospital de Maudes o de Jornaleros, y la casa del conde de Bugallal (1913-1917), en la plaza Neptuno, nos aproximan a una parte de la obra construida en la ciudad.

    En Galicia, Palacios vivió cercanamente los acontecimientos que afectaron a la sociedad de su tiempo ; su arquitectura reflejó el interés por la “sezession vienesa”, la arquitectura norteamericana y en particular, la obra aquí realizada mantuvo los principios estéticos del “regionalismo”, que alternó con revisiones historicistas; no todo lo planeado llegó a buen fin; algunos de sus proyectos que se pueden considerar ahora visionarios, no se pudieron realizar; por suerte han quedado dibujos, planos y alguna maqueta; entre ellos el proyecto de Reformas para el acceso a la catedral de Santiago desde la rúa de Galicia (1932), el de urbanismo para Vilagarcía de Arousa (1922) y el de Ensanche y reforma interior de Vigo (1932).

    El legado de Palacios debemos considerarlo como una de las mayores aportaciones al patrimonio arquitectónico de Galicia; en su recuerdo, en estos días, proponemos un itinerario por sus construcciones , edificios públicos, privados, templos y conjuntos escultóricos; todos se encuentran en las cuatro provincias, en ciudades, villas y parajes, y el recorrido visto desde un prisma general es enriquecedor.

    Además del ejercicio de su profesión, Palacios participó activamente en empresas culturales, en la organización de algunas de las exposiciones regionales que en la segunda década del siglo pasado afianzaban una conciencia artística gallega, junto con artistas y personalidades de diferentes ámbitos.

    De esta ruta abierta a todos y en su honor destacamos los siguientes enclaves: en Santiago de Compostela, el Pabellón de Recreo Artístico e Industrial (1908), ubicado en el paseo da Ferradura. En O Porriño, se encuentran la Fuente del Cristo (1904-1905), el edificio do Concello (1921-1923), la Botica Nova (1909), el pabellón de acceso al Metropolitano (1919), diseñado para la entrada del metro en la Gran Vía de Madrid, trasladado años después a la villa natal del autor; en Baiona, la escultura mirador A Virxe da Roca (1910-1930) en el Monte de San Roque. En Mondariz, todo el conjunto monumental que sigue conservando su impronta tras la rehabilitación efectuada, el pabellón de la Fuente y Planta de embotellado (1909),el hotel Sanatorio o el edificio de Correos y Telégrafos (1910).

    En Vigo, el edificio para el Teatro y Casino García Barbón (1911-1926), la casa Matesanz (1919) y en playa América, las viviendas unifamiliares para el caricaturista Sileno y Celso Vázquez.

    En las cercanías de Noia, se encuentran los edificios industriales complementarios para la Central Eléctrica del Tambre (1924), y por último los dos templos: Votivo do Mar (1932-1937) en Panxón, Nigrán y el de Veracruz (1943) en O Carballiño, su última obra. La mayor parte de estas construcciones están hechas en piedra de granito, material que Palacios potenció, que le une todavía más a esta tierra.

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