ENTREVISTA
Elena Blanco y Gonzalo Oñoro. Pediatras

“Los pediatras no estamos para juzgar a los padres”

23 ene 2021 / 00:00
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{www.dospediatrasencasa.org} Se conocieron en el Hospital Infantil Universitario Niño Jesús de Madrid mientras realizaban la residencia de pediatría. Juntos suman más de 20 años de experiencia como médicos especialistas en pediatría, además de ser padres de dos hijos. ‘Dos pediatras en casa’ (Zenith) es su ‘alter ego’ digital, uno de los blogs sobre esta rama de la medicina con más éxito de los últimos años.

Doctores, ¡este manual es una bendición! Gracias por poner a nuestra disposición una obra como esta, tan didáctica, empática y que llama a la tranquilidad.

Elena Blanco y Gonzalo Oñoro: ¡Muchas gracias!

E. B.: Este es el motivo por el que hemos intentado reescribir muchos de los temas que preocupan de forma más habitual a los padres. Esperemos que sea didáctico, divertido y útil sobre todo para las familias.

Quien lo lea, ¿llevará a su hijo al médico solo en caso de necesidad?

G. O.: Bueno, el objetivo del libro no es que los padres no lleven a los niños a los pediatras, sino explicarles las enfermedades que tienen sus hijos y las cuestiones más importantes de su salud. Está claro que hay consejos de cómo manejar estas enfermedades. Entonces, esto podría hacer que los padres consulten menos al pediatra, sobre todo cuando aparece una fiebre y se evite que vayan corriendo al médico. Con esta información en la mano podrán ser capaces de manejar las cuestiones de salud más frecuentes y que no tienen realmente importancia o impacto en la salud de sus hijos.

¿Es esta la mejor época para ser padres o si lo pensamos demasiado, nunca es buen momento?

E. B.: Realmente si crees que ha llegado tu momento, es el momento, porque no sabemos cuánto tiempo falta para que termine la pandemia. Son importantes las medidas de prevención, y más para una embarazada o un recién nacido.

Parece que hay un abc de sensaciones, de protocolos... y cuando no se cumplen exactamente, ¡suenan todas las alarmas! Un ejemplo, si el bebé no llora en su segundo 1 de vida fuera del útero, se piensa que algo no va bien...

G. O.: El problema ya no son solo las sensaciones o los protocolos, sino las expectativas que tienen los padres con lo que va a ocurrir cuando tienen un hijo, no porque haya falsas creencias (que también las hay), sino por las experiencias que nos cuentan otros padres o que cuentan unos a otros cuando van a tener un bebé. Creo que casi es más importante no tener expectativas sobre lo que va a ocurrir, vivir el día a día con tu hijo, disfrutarlo, darle mucho cariño. Y bueno, ir tomando las decisiones no sobre la marcha, pero tampoco pensando que la que escojas en cada momento es lo más importante para la vida de tu hijo. En la crianza siempre se pueden dar pasos atrás y siempre que se hacen desde el respeto y el cariño, nunca son malas decisiones.

Chupete... ¿sí o no?

E. B.: Esta es la pregunta del año. Nosotros decimos sí al chupete, lo que pasa es que el sí tiene unos peros. Su uso, siempre que los niños están iniciando la lactancia materna y sobre todo en aquellos a los que les cuesta más porque tienen problemas de agarre o porque les cueste ganar peso, se recomienda esperar entre las cuatro y las seis semanas .Después sí –como bien dice el término en inglés, pacifier– es un buen elemento para calmar al bebé.

Lo que pasa es que retirarlo a veces se complica. Y si nos pasamos más de los dos años de vida –si nos oye un odontopediatra siempre nos dirá que por encima del año de vida hay que retirarlo–, el uso continuado puede producir alteraciones en la mordida que si se mantiene en el tiempo, pueden no ser reversibles. Y el chupete, además de que abogamos por su uso, protege frente a la muerte súbita del lactante. Por ello un niño que ya ha establecido la lactancia materna, o que no la hace, es recomendable que use el chupete para dormir.

Hablemos del estrés familiar, de las visitas, de los consejos de todos para todos...

E. B.: Efectivamente. Ya no solo con la pediatría, donde a lo mejor no hay tanta opinión sobre sus enfermedades, aunque en relación con la crianza, sí es verdad que todo el mundo tiene algo que decir, que aportar y que su experiencia parece la única. Y cuanto más cercana es la gente en este entorno, pues más opina. Esto lleva a contraponer cosas, por ejemplo, recomendaciones que se hacían antes y que se ha comprobado que ya no son necesarias o que hacen dudar sobre la crianza y a veces generan situaciones en las que a las madres y los padres no les gusta encontrarse. Entonces, eso produce mucho estrés. Si a mí mi madre me está diciendo que tengo que preparar de tal manera el puré, por poner un ejemplo, y yo le digo: “No, porque me ha dicho el pediatra que se puede hacer esto y lo otro”, ahí ya crea un conflicto.

Por eso nuestro libro también es útil para abuelos y personas que están en el entorno del crecimiento y la crianza de un niño y, de este modo, entender a los padres.

Y lo mismo con las visitas al pediatra. A veces los padres van bien informados y reciben una recomendación del especialista que no es lo que ellos pensaban. Para esto, hay que tener confianza con él, explicarle, preguntarle y siempre hacerle ver la opción de crianza que hemos elegido.

Lo que está claro es que hay que aprender a conocer a la naturaleza. Nos iría mejor, ¿verdad?

G. O.: Lo que hay que hacer es acompañar al niño en lo que le está sucediendo e intentar entender lo que son cosas de la naturaleza. Básicamente, cuando un niño tiene fiebre, por qué se encuentra mal, por qué tiene tos. Si somos capaces de entender por qué ocurren estas cosas, obviamente vamos a ser capaces de dar respuestas mucho más adecuadas a lo que nuestros hijos necesitan.

Doctores, tengo que deciros que ahora me siento con menos inseguridades. Imagino que ese era vuestro propósito.

E. B.: Efectivamente. Intentamos explicar de forma sencilla no lo que deben hacer unos padres, sino qué es lo que deben conocer para afrontar mejor esas inseguridades que surgen durante los primeros años de vida de su hijo. Intentamos ser una vía de apoyo y no un sustituto del pediatra.

Además, después de haberlo leído, llego a la conclusión de que no juzgáis a nadie, no le echáis la bronca a nadie. Se os ve comprensivos, sobre todo teniendo en cuenta que cada familia es un mundo y que una fórmula no vale para todos.

G. O.: Lo que no entiendo es que haya pediatras que juzguen a los padres por lo que están haciendo con sus hijos, cuando seguramente todas las decisiones que toman surgen del amor que les tienen y lo hacen con todo el cariño del mundo y buscando lo mejor para ellos.

Los pediatras no estamos para juzgar las decisiones de los padres, estamos para darles información. Y seguramente por eso este libro es tan empático y no intenta aleccionar a nadie.

Guía para no desesperar

“El bebé ya ha llegado a casa y empieza una etapa maravillosa y estresante a partes iguales.

Y es que no hay ninguna madre ni padre que esté preparado para todos los interrogantes que empiezan a surgir con solo mirar a la criatura. Las dudas nos asaltan: ¿cuál es la mejor posición para dormir al bebé?, ¿es necesario bañarlo todos los días?, ¿puedo salir a pasear, aunque haga frío?, ¿qué son esta tos y estos mocos?, ¿qué hago si tiene fiebre?... Y un sinfín de preguntas que nos llevan al clásico: “Ahhhhh!! ¡¡Llama al médico!!”.

No os preocupéis, si vuestro deseo es tener un pediatra en casa, nosotros lo hacemos realidad, ¡y por partida doble! Dos pediatras en casa es la guía de consulta perfecta para salir de dudas sobre los temas de salud más típicos de los niños.

Elena y Gonzalo son pediatras y padres. Con sus explicaciones y #pediconsejos recuperaréis la tranquilidad y evitaréis salir corriendo al hospital”.

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