ENTREVISTA
José Antonio Quiroga. Presidente de la Confederación Hidrográfica Miño-Sil

“Solo disponemos de un guardia fluvial por cada 909 km de río”

07 abr 2021 / 01:00
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Tanto el Miño como el Sil son las dos grandes arterias fluviales de Galicia. ¿Qué representa el ‘padre’ Miño?

El Miño es el río por antonomasia en Galicia, y junto a su principal afluente, el Sil, drenan una amplia cuenca de 17.600 km2, el 79 % en Galicia; son los responsables del modelado de una buena parte del territorio galaico.

El Miño con sus 315 km de longitud es el pastor de los ríos, un cauce lleno de leyendas como la de las Xacías o Xanas, seres míticos del mundo fluvial; también rebosante de vida aunque desde mediados del siglo pasado quedó profundamente alterado por la construcción de los grandes embalses como Peares, Belesar y Castrelo y al igual que en el Sil, cambiaron radicalmente su dinámica y comportamiento como elemento vivo; del Miño solo se conserva en estado natural la cabecera hasta la desembocadura del Neira, aguas abajo de Lugo y luego en el tramo final desde el embalse de Friera aunque condicionado por el comportamiento de los embalses.

A modo de ejemplo hoy se conservan algunas pesqueiras en el tramo final del río, pero antes de la construcción de estas barreras había censadas algo más de 400 pesqueiras/pescos y caneiros/aceñas/rairos desde la cabecera a la desembocadura, la gran mayoría con origen medieval y en todas ellas se pescaba con abundancia, los segundos tenían como objetivo principal servir de desvío para molinos.

¿Cómo se trabaja en la Confederación Hidrográfica Miño-Sil?

El trabajo es desbordante debido a la impronta del fenómeno del agua en esta cuenca, desde la concesión de un pozo y aguas, talas, pantalanes, autorizaciones sectoriales, control de aguas y vertidos, hidroeléctricos, la aprobación de los planes urbanísticos y un largo etcétera son el pan nuestro de cada día. Hay 22.000 km lineales de ríos cartografiados, lo que supone la existencia de 1,5 km de río por cada km2, afectando a 228 municipios de los cuales 171 están en territorio galaico y en donde hay registrados 11.677 núcleos de población.

Si tenemos en cuenta que desde el borde del cauce hay 5 m de servidumbre y hasta los 100 m es zona de policía fluvial, al final casi todas las actividades socioeconómicas pasan por la Confederación, un organismo autónomo con déficit de personal para atender con rapidez los asuntos que nos conciernen. Ejemplo: disponemos de 22 guardias fluviales, esto es, uno por cada 909 km lineales de río. A pesar de ello somos un organismo que siempre contesta.

¿Cómo afronta los retos profesionales, teniendo en cuenta la pandemia?

Como a todos los organismos e instituciones, supuso un corte en la actividad que estamos recobrando a marchas forzadas porque la vida no se detiene y los retos son muchos.

La limpieza de cauces es uno de los desafíos anuales a los que nos enfrentamos; debido al abandono de la actividad agropecuaria y al despoblamiento, las riberas de los cauces también quedaron abandonadas y en amplias zonas del territorio la labor de limpieza y mantenimiento recae sobre la Confederación como una tarea ingente que siempre afrontamos, agravada por plagas como la de los alisos, ameneiros, que provoca que estos árboles sequen y acaben en los cauces.

Otro de los aspectos fundamentales es vigilar el buen estado de las masas de agua, a este respecto los vertidos de los innumerables núcleos que aún quedan por sanear adecuadamente supone otro frente fundamental de actuación para lograr un saneamiento integral que revierta en la calidad del agua. Aunque la competencia propia es municipal, estamos colaborando a través de convenios en mejorar la depuración de aguas residuales como una de las formulas para conseguir el buen estado del agua.

También está la labor de recuperación de áreas medioambientales al lado de los ríos con valores medioambientales, etnográficos o históricos con importantes actuaciones como la que se va acometer en la reserva fluvial del río Lor, en la zona de las Insuas del Miño o la regeneración del río Faramontaos con la eliminación de la presa de Gudín, la recuperación de algún meandro y la limpieza de las riberas. En este capítulo el año pasado actuamos en la Sierra del Xurés para evitar la erosión en montes quemados y tratar de frenar el impacto de la ceniza en el río Caldo.

Cuando pensamos en Ourense, nos vienen a la cabeza las termas. ¿Qué papel juega la Confederación?

El termalismo es un aspecto de crucial importancia no solo para la provincia de Ourense, aunque en ella se sustancian buena parte de los proyectos que tiene el termalismo como una seña de identidad para captar visitantes y fomentar un tipo de turismo que está generando importantes expectativas.

En concreto la Confederación lidera el proyecto de Raia Termal en la zona transfronteriza ligada a los ríos Limia y Miño con la Diputación provincial y las Cámaras Municipales portuguesas de Melgaço y Terras de Bouro como socios para ayudar al desarrollo turístico basado en la potenciación de los recursos de la zona a través de actuaciones que potencien los concellos de Lobios, Bande, Muíños, Cortegada y Entrimo. También apoyamos el desarrollo del proyecto Aquis Querquensis en Bande, el monumental campamento romano al borde del embalse de As Conchas.

¿Puede aportarnos datos de conservación, especies, fauna, flora...?

La flora y fauna de nuestros ríos han experimentado una alteración cuantitativa y cualitativa importante fruto de varias circunstancias: la construcción de los embalses, el cambio climático y la acción antrópica. Así dentro de las especies piscícolas hay importantes cambios como la desaparición del salmón en toda la cuenca Miño-Sil, quedando con una presencia anecdótica la anguila (en otro tiempo la especie más valorada) y un retroceso generalizado de las especies tradicionales como la trucha, mientras se expanden especies foráneas como la carpa, sobre todo en las zonas de embalses.

En cuanto a las especies vegetales hay un claro retroceso de las especies que formaban el bosque de ribera tradicional y desgraciadamente no es raro ver eucaliptos al borde de nuestros ríos. También es de destacar la presencia de especies invasoras como la acacia, el alianto y la caña; precisamente frente a estas invasoras, la Confederación actúa con programas de eliminación.

El pasado día 22 de marzo se celebró el Día Mundial del Agua. Como ciudadanos, ¿sabemos valorarla?

Tradicionalmente el agua fue vista como una regalía que anualmente renovaba los manantiales y ríos de nuestro territorio en cantidad y calidad suficiente y este privilegio no fomentó una cultura de concienciación y sensibilidad sobre el agua. Debido a las circunstancias climatológicas y la actividad humana tenemos que extremar las precauciones para disfrutar de agua en cantidad y calidad. El buen estado de las masas de agua es un objetivo crucial para el futuro inmediato no solo pensando en un reparto desigual de las precipitaciones, sino también profundizando en la conservación de la calidad de las aguas que siendo buena en general tiene puntos negros y aspectos a mejorar como la depuración y saneamiento de los núcleos que faltan, la eliminación o reducción drástica de la contaminación por nitratos en zonas de fuerte concentración pecuaria o los problemas generados por actividad económica como la minería. La acción pedagógica y divulgadora de los valores del agua es fundamental para incrementar la conciencia sobre el valor del líquido elemento.

¿Qué se hace para el mantenimiento de la pureza de las aguas, de las presas y de los embalses, que tanto daño causaron en su día y que cada vez son más apreciados por su energía limpia?

Los embalses son hijos de un momento histórico muy determinado en donde las fuentes energéticas propias eran escasas para responder a la demanda; las hidroeléctricas generan energía limpia y hasta cierto punto acumulable, pero a un alto precio medioambiental: la destrucción de los ríos como cauces naturales. Hoy el mayor punto de fricción que tenemos con las multinacionales del sector es la lucha por incrementar el caudal ecológico de los embalses y el control de la cantidad de agua acumulada que se libera en un tiempo determinado. En el objetivo estrictamente económico de las hidroeléctricas sería positivo que añadiesen otros como el medioambiental y las ventajas por el impacto en el territorio de estas estructuras.

La Confederación tiene en funcionamiento una extensa red de estaciones de control de cuenca, en concreto hay 117 en Ourense, en donde se reciben y transmiten en tiempo real los datos sobre la evolución de precipitación, nivel, caudal, estado de los embalses, temperatura, para la prevención de inundaciones y sequías. Además un 25 % cuenta con sistemas para el control de variables físico-químicas como la turbidez, materia orgánica, amonio y otros componentes.

Riqueza patrimonial

Ecomuseo. Desde 2004 dirijo el Ecomuseo de Arxeriz, un proyecto de valorización de la riqueza patrimonial de la Ribeira Sacra desde el punto de vista paisajístico, histórico y etnográfico que busca proteger, estudiar y divulgar el importante legado de la zona.

Dentro de esa dinámica la presencia de la cultura fluvial fue un factor que dio personalidad a la Ribeira (hoy totalmente alterado por los grandes embalses), de ahí la necesidad de recoger los elementos de cultura material y la memoria de las gentes que vivían interactuando con el río. Como dato revelador, el embalse de Belesar anegó 26 núcleos de población y el de Peares, 11, y con ellos llegó un cambio que afectó drásticamente al modo de producción, de vida y de sociabilidad. Las embarcaciones tradicionales eran uno de los elementos distintivos e imprescindibles de la vida en el río ; eran necesarias para la pesca, para desarrollar los trabajos en ambas riberas y como medio de transporte para cruzar de un lado a otro por los abundantes pasos de barca que como media existía uno cada 5/6 km en un contexto en donde los puentes eran excepciones (de Lugo a Ourense solo había 2 puentes hasta bien entrado el siglo XX).

En el Ecomuseo se exponen 13 tipologías de embarcaciones tradicionales que recogen la mayor colección de este tipo de embarcaciones de Europa y que conjuntamente a la documentación gráfica y escrita de la época y a los elementos propios de la actividad pesquera dan una idea de cómo era la vida en nuestros ríos antes de los embalses.

Puesta en valor

Castro milenario. En consonancia con el espíritu del Ecomuseo aprovechamos la existencia de un yacimiento de la Edad de Hierro al lado de las instalaciones museísticas ubicadas en un pazo originario del siglo XVI para ponerlo en valor.

En el castro de Arxeriz se llevaron a cabo cinco campañas de excavaciones que dejaron a la luz 18 estructuras entre viviendas, restos de muralla, almacenes y graneros que en número de siete hablan de la importancia de los cereales en la última etapa de vida castreña en Arxeriz. Además, la ubicación del castro, a modo de atalaya, permite disfrutar de una de las vistas más emblemáticas de la Ribeira Sacra al ubicarse en frente del meandro del Miño conocido como O Cabo do Mundo. En la actualidad aún se está profundizando en el estudio de los restos encontrados en las excavaciones a la par que se está madurando el proyecto de recreación de una unidad familiar castreña para hacer comprensible a los visitantes la realidad de la vida hace 2.000 años. De este modo la visita al Ecomuseo de Arxeriz permite un recorrido que resulta representativo de la Ribeira Sacra.

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