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Aprovechamos un día de sol para conocer un nuevo paraje// Casitas de colores, un pequeño puerto, una plaza animada... y mucho más! TEXTO Lorena Rey

Redes, un pueblo de película en la costa gallega

  • 27 ago 2020 / 00:30
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El verano avanza demasiado rápido, y aunque este año no se ha podido aprovechar tan bien como nos gustaría, descubrir nuevos espacios siempre tiene su parte positiva. Este sábado el día amaneció soleado y que mejor plan que acercarse a la costa para conocer algún rincón especial con los amigos. Tras hablarlo, decidimos acercarnos al pueblo de Redes, en el ayuntamiento coruñés de Ares.

El reloj marcaba las 17.30 de la tarde y el GPS indicaba que nos estábamos acercando al lugar. Ya desde la autovía se podían apreciar unas vistas espectaculares a la costa, entre ellas la playa grande de Miño.

Nada más llegar al pueblo percibimos que seguramente hubiera mucha gente por la gran cantidad de coches. Seguimos avanzando y vimos la indicación de parking público, pero para nuestra sorpresa estaba completo. Tuvimos que dar vuelta y dejar el coche justo a la entrada de la localidad, junto al cartel de señalización de Redes. No importaba, porque así no nos perderíamos ni el más mínimo detalle de lo que escondía el lugar.

casas indianas. Comenzamos a andar y lo primero que nos llamó la atención fueron las pequeñas y antiguas casas de colores, eso sí muy bien cuidadas y casi todas ellas con balcones. Tras recorrer varias calles entrelazadas llegamos al mar. Allí, una fila de casas se sitúan prácticamente encima de la ría. De hecho, alguna puerta puede estar a tan solo dos o tres metros del agua. Decidí buscar información en internet porque suponíamos que esa arquitectura escondería detrás su historia. Y así fue. Dichas viviendas se hacen llamar casas indianas. Fueron construidas por vecinos de la localidad que emigraron a América –Cuba, Brasil, Puerto Rico, entre otras– y cuando regresaron a su lugar de residencia invirtieron sus ahorros en edificar una buena casa, siguiendo la estética de las construcciones coloniales con las que se habían encontrado recorriendo el mundo. Investigando un poco más pudimos saber que datan de la mitad del siglo XIX o principios del XX. Construidas todas ellas con piedra o madera destacan a la vista de todos los turistas por sus colores azules, verdes o rojizos, aunque se intercambian con alguna de tonos neutros.

Las calles son silenciosas. Todo parece indicar que, en su mayoría, las viviendas son segundas residencias. A muchos les encantaría poder disfrutar del entorno y de unos días de descanso en el lugar, pero no puede ser ya que no hay ningún tipo de alojamiento para turistas. Así, Redes no pierde su pasado y conserva casi intacta la esencia marinera.

pueblo marinero. Tras quedarnos un rato hablando de estas edificaciones llegamos al acceso de la playa, que para ello es necesario cruzar varias calles y bordearlo parcialmente el pueblo. Un pequeño arenal en el que muchas familias con niños disfrutaban de una apetecible tarde de playa.

Era sorprendente la cantidad de embarcaciones de pesca y de recreo que había en el puerto. Asimismo se percibían clavadas en el agua o bien en la arena, unas estructuras de madera. Nos preguntamos cual sería su función y la respuesta nos la dio un un señor mayor residente en Redes. Según nos contó, servían para colgar las redes que usaban antiguamente los marineros en sus salidas al mar tras duras jornadas de pesca. Puede que desde el principio hayáis relacionado el topónimo del pueblo con el mundo marinero, y estáis en lo cierto.

plaza del pedregal, rincón especial. Seguimos caminando y llegamos a la plaza principal del pueblo que recibe el nombre de Plaza del Pedregal. Rodeada por un extremo de casas indianas y por otro del pequeño puerto, llamaba la atención la cantidad de gente que se concentraba en las terrazas de tres bares. Muchos aprovecharon el calor de la jornada para tomar un refresco o bien un helado. Las mesas que ocupaban gran parte de la plaza están junto a la rampa de piedra que sirve de acceso al embarcadero. Desde allí los más pequeños se tiraban al mar y otros aprovechaban las aguas tranquilas para salir a dar un paseo en vela o bien en otra pequeña embarcación.

redes, plató cinematográfico. Profundizando un poco más en la historia de Redes descubrimos que hace años sirvió de escenario para varias películas y series de televisión. Entre ellas, la gallega Padre Casares. La plaza del Pedregal fue la gran protagonista en esta serie, en la que Redes se convirtió en el concello de San Antonio de Louredo y su construcción más famosa, la casa azul, en el ayuntamiento. También Almodóvar se decantó por los encantos de Redes para el rodaje de Silencio, que posteriormente pasó a llamarse Julieta. El director manchego rodó allí varias escenas de la película con la colaboración de algunos marineros y vecinos del pueblo.

Quizás muchos lo identifiquéis ahora con Combarro (Pontevedra), famoso por sus hórreos. Está claro que ambos son especiales... y merece la pena visitarlos. La idea final está clara: los pueblos de nuestra tierra, por muy pequeños que sean, siempre acaban sorprendiéndonos.

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