Crisis en Ecuador

Asesinado en Ecuador el fiscal que investigaba la toma de un estudio de televisión por narcotraficantes

César Suárez fue tiroteado en un sector del norte de Guayaquil, según ha confirmado la fiscal general del país

Un momento del asalto al canal de televisión de Ecuador.

Un momento del asalto al canal de televisión de Ecuador. / EFE

Abel Gilbert

La victoria cantada por el presidente de Ecuador Daniel Noboa en su primera batalla del conflicto armado interno contra las bandas narcotraficantes ha resultado apresurada. La toma de las cárceles por parte de las Fuerzas Armadas y la policía, así como el control militar de las ciudades, tuvo pocos días después una respuesta atroz por parte de las bandas que asolan ese país. El fiscal César Suárez, quien investigaba la irrupción de un grupo armado en los estudios de TC Televisión, fue acribillado este miércoles cuando conducía su automóvil. Los asesinos conocían su recorrido y rutinas. Suárez no contaba con custodia. Había abandonado minutos antes la sede de la Policía Judicial. Las balas se incrustaron en su cabeza. Los asesinos huyeron frente al estupor generalizado.

El extinto fiscal había sido miembro de la Unidad de Muertes Violentas en la provincia de Manabí, una de las más sacudidas por las acciones de los grupos que han sido considerados terroristas por parte del Estado. Había tenido en sus manos causas relacionadas con el narcotráfico. Debía sin embargo su notoriedad a la investigación de hechos de corrupción en los hospitales durante la pandemia.

Suárez había comenzado a seguir la pista del ataque contra la instalación televisiva, comandado por Los Tiguerones, una escisión de Los Choneros, el principal grupo que opera en Ecuador en alianza con el cártel mexicano de Sinaloa. Una primera constatación es que las armas utilizadas habían atravesado la porosa frontera con Perú.

Giro inesperado

La fiscal de la Nación, Diana Salazar, dijo que el crimen Suárez es una "respuesta al trabajo que realizan las autoridades desde la Justicia" para neutralizar al narcotráfico. "Los grupos de delincuencia organizada, los criminales y los terroristas no detendrán nuestro compromiso con la sociedad ecuatoriana". 

El episodio ha dado un giro inesperado al "conflicto armado interno". Pocas horas antes, el general Víctor Herrera, comandante de la Zona 8 de la Policía, que incluye a los estratégicos distritos de Guayaquil, Samborondón y Durán, había expresado su confianza del que el control militar de los centros penitenciarios contribuiría a reducir el nivel de hechos dolos en las ciudades. Las cárceles se había convertido en verdaderos centros de operaciones con incidencia cotidiana en las zonas urbanas.

"Si nosotros tenemos un buen control dentro de las cárceles, redistribuimos a los detenidos por su peligrosidad, ponemos a cabecillas de estos grupos terroristas en una cárcel, como es La Roca, y aislamos a esas personas para que no tengan contacto externo, que se inhiba señal, que no tenga suministro de luz, vamos a tener un resultado a mediano y largo plazo que se va a medir con la tranquilidad que vamos a tener en las ciudades", había confiado Herrera. El propio Noboa calculó que el 50% de los delitos son planificados y ordenados en las prisiones.

Sin embargo, la noticia del asesinato del fiscal ha provocado una inmediata conmoción en círculos políticos. El Gobierno creía tener la certeza de que después de su decreto el narcotráfico entraba en un momento de repliegue.

La crisis de seguridad que se disparó tras las fugas carcelarias de José Adolfo Macías, alias Fito, el líder de Los Choneros, y Fabricio Colón Pico, el líder de Los Lobos. Posteriormente, 139 funcionarios de las unidades penitenciarias fueron tomados como rehenes, se perpetraron ocho asesinatos y atentados. La incursión en el estudio de TC Televisión supuso una situación de una gravedad que obligó al Estado a pasar a la ofensiva. El asesinato del fiscal vuelve de esta manera a un punto de desconcierto.

Impacto en la población

La noticia del crimen se conoció de inmediato y esparció otra vez la zozobra entre los ecuatorianos, especialmente los habitantes de Guayaquil. "Sí, Ecuador pasó de ser un país de los más tranquilos al más violento de la región, pero eso no quiere decir que sus habitantes tienen que replegarse en sus casas al punto de dejar de vivir su cotidianidad para convivir con la zozobra y el miedo que le imponen los terroristas", señaló el diario Expreso en su editorial. "Los ecuatorianos tienen ahora la oportunidad de ayudar a las fuerzas del orden a recuperar la tranquilidad perdida, haciendo presencia en los espacios públicos para dinamizar la economía y presionar la salida de los grupos criminales. Y hay que hacerlo ahora, cuando la presencia militar y policial está en las calles para su protección".

En este contexto, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) y su Relatoría Especial para la Libertad de Expresión (RELE) condenaron la violencia que asola a Ecuador y le pidieron al Estado "investigar, juzgar y sancionar todos los hechos con diligencia". La CIDH reconoció que la población padece una “la zozobra generalizada” y se puso a disposición de Noboa para cooperar en "la implementación de estándares interamericanos en las medidas que se adopten para garantizar la seguridad ciudadana, el Estado de Derecho y la protección de periodistas".

¿Alias 'Fito' en Colombia?

El presidente colombiano, Gustavo Petro, informó que las autoridades tratan de confirmar si el líder de Los Choneros ha atravesado la frontera ecuatoriano con destino a ese país. "Si existe, si es una realidad, la orden es capturarlo. La inteligencia policial está trabajando", dijo desde Davos, donde asistr al Foro Económico Mundial.

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