DIPLOMACIA

Sánchez viaja este miércoles a Marruecos para reforzar los "profundos" lazos bilaterales

El presidente del Gobierno irá acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.

Sánchez viaja este miércoles a Marruecos para reforzar los "profundos" lazos bilaterales.

Sánchez viaja este miércoles a Marruecos para reforzar los "profundos" lazos bilaterales. / EP

Iván Gil | Mario Saavedra

El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, realizará este miércoles un viaje oficial a Marruecos, acompañado del ministro de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, José Manuel Albares.

"Marruecos es un país vecino, amigo y socio estratégico de España en todos los ámbitos", se lee en el comunicado distribuido por La Moncloa. "Esta visita que se realiza al inicio de esta nueva legislatura, subraya los profundos lazos que unen a ambos paises". 

Esta visita del jefe del Ejecutivo será la primera desde la XII Reunión de Alto Nivel (RAN) del 1 y 2 de febrero del año pasado, en la que se trataron de plasmar los objetivos de la hoja de ruta conjunta entre ambos países. Sánchez se vio entonces con el primer ministro marroquí, Aziz Ajanuch. Entonces no fue recibido por el rey marroquí Mohamed VI, pero éste le invitó a verse en otras fechas.

El viaje por sorpresa (ha sido anunciado a pocas horas de comenzar) se produce dos semanas después de que se suspendiera la visita del ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, a Argelia. El presidente Abdelmadjid Tebboune no iba a recibir al jefe de la diplomacia española, como suele hacer con los ministros de Exteriores que visitan el país.

Lentitud de la hoja de ruta

En la pasada legislatura, la cuestión de Marruecos, el Sáhara Occidental y Argelia estuvo en el epicentro del debate nacional sobre política exterior. Pedro Sánchez decidió hace dos años cambiar la neutralidad histórica de España hacia el Sáhara para favorecer la solución ofrecida por Rabat para el histórico diferendo (un plan de autonomía dentro del Reino). La oposición cargó entonces en pleno contra ese giro y cuestionó qué había obtenido España a cambio.

Rabat volvió a embiar a su embajadora a Madrid, y controla la emigración irregular. Sin embargo, las aduanas de Ceuta y Melilla siguen sin abrirse. Uno de los puntos más conflictivos es la delimitación de las aguas entre Marruecos y Canarias, que se solapan en varias zonas. En ese sentido, las partes se comprometieron a “reactivar el grupo de trabajo sobre delimitación de espacios marítimos en la fachada atlántica, con el objetivo de lograr avances concretos”. No se ha conocido ninguno. 

Con el máximo secreto se están llevando las negociaciones sobre la gestión del espacio aéreo sobre el Sáhara Occidental, que ahora lo realiza España desde Canarias y Marruecos reclama y que tiene complejas implicaciones de legislación internacional.

La inmigración parecía ser uno de los resultados más importantes de la renovada relación con Marruecos. Fue una de las armas de presión que utilizó el vecino magrebí, que permitió el intento de entrada por Ceuta en un día de miles de marroquíes en 2021. “Nuestra cooperación en materia migratoria es un auténtico modelo mundial”, ha dicho este jueves en Marruecos José Manuel Albares.

Sin embargo, el número de llegadas está aumentando después de bajar el año pasado. Especialmente en la llamada “ruta canaria”: 32.422 personas entre enero y noviembre, según la agencia fronteriza europea Frontex. Es más del doble de todos los que se produjeron en 2022. En la ruta del Estrecho, la cifra ha caído un 2% hasta las 13.507 entradas. En el contexto de europeo ha habido un récord de entradas desde 2016, aunque el incremento es del 17% respecto al año anterior.

El ministro español se justifica alegando que se partía de cifras “muy bajas el año anterior” y en el aumento de la inestabilidad en el Sahel. “No provienen de Marruecos”, asegura, y resalta cómo se mantienen bajas en la ruta del Mediterráneo Central hacia Italia o la del Mediterráneo Oriental hacia Grecia.