Portos pone freno en Ribeira a los ‘atraques’ de los vehículos

Cuando en 2010 Portos de Galicia instaló barreras en tres puntos para controlar el acceso de vehículos al recinto portuario de Ribeira, muchos usuarios se quejaron de tener que pagar 6 € por una tarjeta para entrar a su lugar de trabajo. Un lugar, por cierto, donde desarrollan una actividad por la que ya pagan las correspondientes tasas.

Lo cierto es que ni las barreras llegaron a funcionar, ni el sistema de tarjetas llegó a estar operativo. El puerto es el mayor aparcamiento en superficie (y gratuito) del centro. Un lugar en el que la Policía Local no puede multar por aparcar en medio del carril, en el que no había líneas amarillas y en el que las plazas las marcaba el conductor a su antojo, sin más límite que el de la física: si cabe un coche, es un aparcamiento. Un lugar donde muchos, en vez de estacionar, atracan entre barcos.

Pero, hace unos días, Portos mandó parar. Realizó una ordenación de las plazas de aparcamiento portuarias, con una señalización vial que eliminó casi un centenar. Ahora ya no se puede dejar el vehículo en la explanada central de la vieja lonja, ni en la isleta de su parquin, y se marcaron más de 50 plazas en verde que se reservan para los usuarios. Además, los agentes portuarios hacen rondas y ya fluyen las multas.

En breve, Portos dará nuevos pasos. Ahora, aparcar en el centro de Ribeira es más difícil. Eso sí: hay dos párquines subterráneos y varios en superficie. Pero muchos tendrán que acostumbrarse a usarlos.