Decisión y confianza, los valores del primer salón de tatuajes en A Laracha

Unos negocios cierran y otros abren en plenas restricciones o cierres perimetrales. Estos últimos son valientes que han decidido desafiar a la pandemia. Este es el caso de María José Martínez que vio la oportunidad de abrir un estudio de tatuajes en la avenida Finisterre de A Laracha llamado Alma Mía. Parece que la suerte le acompaña en su primera semana de trabajo.

“Estuvimos tres años con esta tienda en A Coruña. Justo hace un año, 15 días antes de decretarse el estado de alarma, abrimos la segunda tienda en Arteixo, que todavía dirige mi marido y es donde vivimos”, cuenta la responsable. Tras semanas de confinamiento recuerda que hubo un boom en su sector, pero todo fue mermando. Abrieron muchos estudios de tatuajes en Coruña y “la competencia era un tanto desleal”. El movimiento en el local de Arteixo, a pesar de coincidir su apertura con el estallido de la crisis sanitaria, “ha sido tres veces mayor que en Coruña en los últimos dos años”.

El matrimonio vio que era momento de buscar otras opciones. Como ella tenía una gran cartera de clientes de Laracha, Coristanco, Carballo y otros municipios cercanos, a su marido se le ocurrió mirar posibilidades en Carballo. “De camino vimos un local enfrente a la plaza del ayuntamiento larachés que nos llamó la atención. Nos lo enseñaron y me gustó mucho la ubicación y la distribución del local”, comenta. Esto fue a finales de marzo y a partir de ahí todo fue cogiendo ritmo para poder abrir lo antes posible, siendo el primer estudio de tatuajes en A Laracha.

Valiente y con las cosas claras, así se puede definir a la propietaria. “Nadie emprende un negocio pensando que va a cerrar o que le va a ir mal, o por lo menos nosotros pensamos así”, añade. Al hacerse con el local, enseguida colocó papeles en el escaparate y a los dos días ya tenía gente preguntando por las ofertas por apertura. Abrió sus puertas el pasado miércoles 21 de abril y tuvo una gran acogida desde el minuto cero. Ahora ya tiene todo ocupado con citas hasta la segunda semana de mayo.

Las redes sociales fueron un apoyo clave para darse a conocer. “En la cuenta de Instagram de Alma Mía tenemos más de 5.000 seguidores y eso nos ha ayudado mucho”, comenta. Además, sus antiguos clientes del municipio corrieron la voz entre familiares y amigos. De momento trabaja ella sola. Dependiendo del estilo del tatuaje acude de manera puntual su marido; una chica que hace cartoon, un estilo de tatuaje tipo caricatura; u otro chico que hace realismo.

Considera que no hay miedo a tatuarse por la COVID. “Una de las cosas que he notado es que si tengo gente en la recepción, los demás esperan fuera. Cumplen lo de la mascarilla y respetan el horario de la cita”, aclara. Donde puede haber mayor confusión es en el tema de

los piercing, concretamente en la zona de la cara ya que “algunos preguntan si se pueden sacar la mascarilla. María José espera poder mantener el negocio en los próximos meses y seguir creciendo. “Si en algún momento puedo tener a otra persona conmigo lo haré”, añade.