Opinión | Notas de actualidad

Las letras gallegas y los museos

En esta semana celebramos el día das Letras Galegas y el Internacional de  los Museos. El reconocimiento de nuestras letras propias, en gallego, y de la literatura resultante, se festeja, como cada año, el 17 de mayo, lo que supondrá, en este caso, recordar el legado que nos ha dejado Luisa Villalta, fallecida hace ya veinte años. Y, en la jornada siguiente, será el momento de incidir en el valor de nuestros museos, particularizándose, en esta anualidad, sobre el sentido que éstos tienen en el desarrollo de la educación y de la investigación  

Prácticamente todos nuestros museos desarrollan, a lo largo de esta semana, actividades al respecto. Abrir, si cabe con más fuerza, sus puertas, para que la sociedad los haga realmente suyos, resulta fundamental. En ellos se custodian nuestros tesoros más preciados, aquellos que, desde el arte, hablan de lo que somos y cómo somos, a través de la voz de artistas de todos los tiempos.

Es muy reciente la noticia de que la Diputación de Pontevedra contrata una póliza de seguros por un valor de 157 millones de euros para cubrir la totalidad de lo que cobijan los seis centros del Museo de Pontevedra. Bien poco me parece porque el Arte Gallego, en su conjunto, tiene, en sus colecciones, exponentes de valor excepcional y, por lo tanto, imposible de valorar en dinero. Por eso nuestras instituciones museísticas, todas, deben de ser, sobre todo, ejemplares en sus medidas de protección y de seguridad, con un mantenimiento continúo de lo que salvaguardan, algo mucho más necesario que una póliza de seguros, que nunca cubrirá debidamente, con lo que cuesta año a año, el real valor de lo que puede perderse o ser objeto de un deterioro grave… Más seguridad, más protección, en todos los museos, con independencia de los seguros que se decida pagar.

Medir el arte en cuantías económicas tiene mucho de engañoso. Lo que es único es muy difícil, por no decir imposible, de cuantificar. Lo que sí interesa, ahora, resaltar es el hecho de que lo que albergan los museos tiene un inmenso valor educativo, para absolutamente todas las edades, y un potencial ingente de atractivas sugerencias en el ámbito de la investigación, para aquellos que se ocupen de ello, desde la convicción de lo que ellos aporten, en cuanto a conocimiento, redundará en la real valoración – que poco o nada tiene que ver con lo económico- de aquello de que se trata.

Abramos los ojos y la mente ante los bienes de nuestros museos. Aprendamos a sentirlos nuestros, muy nuestros y, estoy seguro, de que, sí es así, tendremos la recompensa debida. Escuchemos a nuestros educadores, que son, muchas veces, el propio personal de tal tipo de instituciones. Leamos lo que dicen los investigadores al respecto, abriendo horizontes ignotos. A eso nos insta el Día Internacional de los Museos 2024.