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¿Qué inquieta más de Feijóo al Gobierno?

Napoleón Bonaparte, que entre otras cosas pasó a la historia como un consumado estratega, tenía claro un principio: “Si el enemigo se equivoca, no lo distraigas”. Una lógica que extrapolada al mundo del fútbol significaría algo así como que si en una final de la Champions League un defensa despeja el balón hacia su portería, desde el equipo contrario sería absurdo impedir un gol en propia meta que les pusiese en ventaja. Y si llevamos el ejemplo a la política, como en el caso que nos ocupa, querría decir, más o menos, que cuando el candidato del PP a presidente del Gobierno mete la pata, sus adversarios del PSOE tendrían que dar rienda suelta a sus desvaríos para que los electores tomaran nota de lo que les espera si gana, en lugar de salir en tromba a corregirle. Pues bien, a la vista de lo sucedido tras la última entrevista concedida por el extitular de la Xunta al diario El País, sólo se pueden inferir dos cosas: o que las ministras del Ejecutivo que encabeza Pedro Sánchez no saben de táctica electoral –algo difícil de creer teniendo en cuenta además el número de asesores que las rodea–, o que Alberto Núñez Feijóo no va tan desencaminado en ciertas críticas y es urgente intentar opacarlas con descalificaciones. En la doble página del cuestionario, el de Os Peares, que en las encuestas aparece como el preferido por los españoles en intención de voto, abordó numerosos temas, pero puso el dedo en la llaga especialmente en un par: el decreto energético, que calificó como un acto de “autoritarismo”, y la inflación desbocada, sobre la que aseguró que “recorta el poder adquisitivo”, incidiendo en especial en la clase trabajadora, aquella que desde La Moncloa se prometió ”no dejar atrás”. Aseveraciones que, a pesar de ser compartidas por numerosos comerciantes, familias o expertos, las titulares de Educación y Economía –¿quizás en una maniobra orquestada?–, no tardaron en tratar de tirar por tierra mandando al gallego a “estudiar un poco más” para errar “un poco menos”, como le espetó Pilar Alegría, mientras que Nadia Calviño recurre a situar al líder de la oposición en el rincón “más extremo” del Partido Popular, tachando su actitud “destructiva y negacionista”, lo que sería todo un regalo para los socialistas, a menos de un año de la cita con las urnas. ¿ Por qué tanto nerviosismo entonces? ¿O ser tal vez que el aspirante falla menos de lo que se quiere hacer ver?

15 ago 2022 / 01:00
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