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¿*Sanítas?

    TODOS conocemos aquella célebre copla que inmortalizaría doña Concha Piquer:

    “Gitana te pasa a ti

    lo que a la farsa monea

    que de mano en mano va

    y ninguno se la quea...”.

    Traigo a colación esta copla escrita por Ramón Perelló porque la “farsa monea” está constantemente en circulación, mientras que la buena y verdadera es siempre minoritariamente guardada por sus poseedores.

    No sé de dónde ha salido esa manía de pronunciar, para referirse a una compañía médica de seguros, SANITAS como si fuese una palabra llana, en una contradictio in terminis con su gemela CARITAS (pron. cáritas y no carítas) que se pronuncia en la antepenúltima. Se trata de un disparate fonético de órdago.

    Y es que todo aprendiz de Latín –ya no digamos personas tituladas que han hecho un Bachillerato con tres años de Latín– debe saber, desde las primeras clases, que en Latín no existen palabras agudas, que no existe acento gráfico y que las palabras sólo llevan un acento intensivo en la sílaba penúltima o antepenúltima, dependiendo de la cantidad /-/ o /u/ de la sílaba penúltima. Si ésta es larga llevará acento intensivo –no gráfico– en la penúltima, por el contrario si es breve como caritas y sanitas el acento recaerá en la antepenúltima. No nos olvidemos que estamos en presencia de términos latinos, no castellanos.

    Ej: leg -e - re (pronúnciese légere) pero mone - re (pronúnciese monére).

    Partiendo de lo expuesto, pronunciar /*sanítas/ sería un contrasentido, pues de la misma manera teníamos que acentuar CARITAS como /*carítas/, lo que va en contra de las normas de acentuación del latín. Todo principiante de esta disciplina, arrinconada, infravalorada y en trance de desaparición por las desastrosas leyes educativas, que ofrecen como adoctrinamiento el caramelo de la “promoción con suspensos” y de un “título con una asignatura suspensa, debe saber que SANITAS, CARITAS y CIVITAS son abstractos en -tas de pura raigambre latina.

    Y que, por tanto, como voy a demostrar “infra”, y su acento debe recaer en la antepenúltima como securitas y legalitas, tan de moda actualmente. Salgo así a la palestra –término griego– para denunciar la cochina mentira de una sociedad mojigata y gazmoña –Vulgusveritatispessimusinterpres–, que por el anverso de la moneda le echa piropos –término vulgar griego, que significa “ponerle el rostro a una chica del color del fuego”– y por el reverso proclama Urbi et Orbi que es una lengua “muerta”, que no vale para nada, como si las demás disciplinas pudiesen evaluarse en dinero contante y sonante.

    Así pues, siguiendo fielmente la máxima “Facta non verba” –“Hechos no palabras”–, voy a confirmar mi argumentación con una pequeña serie de términos latinos como *sanítas (pronúnciese correctamente sánitas), cuyo acento recae en la antepenúltima. A saber: vánitas (ingl. vanity), várietas (ingl. variety), sócietas (ingl. society), fratérnitas (ingl. fraternity), mediócritas (ingl. mediocrity), líbertas (ingl. liberty), univérsitas (ingl. university), auctóritas (ingl. authority).

    Podría continuar, pero no quiero abrumarles más. La muestra es más que suficiente para demostrar que sanitas y su gemela caritas no llevan tilde y que tienen que pronunciarse como lo hacen caritas y los ejemplos de arriba –al cien por cien– en la antepenúltima.

    Todos ellos no llevan tilde en latín, pero yo me he permitido la venia de ponerles tilde en la antepenúltima, para que los profanos puedan aclararse.

    29 jul 2022 / 01:00
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