A la busca del candidato
DESDE el brexit, Gran Bretaña ha vivido una italianización de su política con un primer ministro por año. O una balcanización y ha comenzado a producir más política de la que es capaz de asimilar. Y el Partido Conservador se ha convertido en un Saturno que devora a sus líderes a una velocidad inusitada e impropia de una democracia tan antigua como la británica. Tras la dimisión de Liz Truss, que quería ser una nueva Dama de Hierro y que con crueldad fue bautizada como la Dama de Hojalata, los tories están embarcados en la elección del nuevo inquilino del 10 de Downing Street, que será el quinto en seis años.
En esta ocasión los conservadores están dispuestos a resolver la crisis con rapidez y han cambiado el sistema de nominaciones de los candidatos a los que exigen el aval de al menos cien de los diputados, lo que restringe la posibilidad a un número máximo de tres por cuanto cuentan con 367 en el parlamento británico. De esta manera el sistema de elección se acorta, y puede que no sea necesario recurrir al voto de los afiliados y que a finales de la próxima semana se haya resuelto la sucesión. Es decir, que los diputados conservadores serán los encargados de hacer la criba y puede que tan solo uno de los contendientes reúna los avales necesarios y sea elegido por aclamación.
Lo que el Partido Conservador trata de evitar a toda costa es que la presión se eleve tanto que lleve a la inevitabilidad de la convocatoria de elecciones anticipadas.
En la línea de salida ya hay media docena de candidatos, algunos con más prosapia y posibilidades que otros porque ya participaron en la contienda contra Liz Truss, otros formaron parte de su Gabinete, y desde la República Dominicana donde pasaba unos días de asueto ha aparecido Boris Johnson.
Entre el resto de candidatos destacan el ministro de Finanzas, Jeremy Hunt, uno de los primeros causantes de la caída de Boris Johnson aunque en un primer momento se ha autodescartado y ya fue candidato en dos ocasiones anteriores, y Rishi Sunak, exministro de Finanzascon Johnson, uno de los primeros en saltar de ese barco y crítico implacable con el que fuera su jefe, pero también perdió ante Liz Truss.
Ante las dudas de ambos y las dificultades que pueden encontrar entre los diputados por sus apuestas previas, ha aparecido una candidata que puede concitar más apoyos, la actual líder de la Cámara de los Comunes y exministra de defensa –dos meses– en la etapa de Theresa May, Penny Mordaunt, que fue el último dique que trató de evitar la dimisión de Liz Truss con su última intervención parlamentaria antes de que se produjera lo inevitable. Su hándicap, su escasa experiencia en materia económica.
Ben Wallace, el actual ministro de Defensa, también aparece en las quinielas,
pero como otros candidatos dice descar-tarse de la carrera.
Sea quien sea el elegido tiene por delante una dura tarea. la primera nombrar un Gobierno sólido que haga frente a la multitud de turbulencias económicas y sociales que atraviesa el Reino Unido desde el brexit.