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Reseña Musical

Alumnos de Curso Avanzado de la “EAEM”, en el Paraninfo da Universidade

    Dos serán los conciertos de los Alumnos del Curso Avanzado de Especialización Orquestal de la “EAEM”, en esta serie de sesiones que, como todos los años, guardan fechas para rendir resultados y que en circunstancias más propicias, ofrecían uno con la “RFG”. Para el de esta tarde, en el Paraninfo da Universidade-20´30 h.-serán los elegidos cinco, alumnos del profesor Emilio Alonso Espasandín. Henrique Medeiros Andrade-flauta-;Luca Tognon-oboe-;Bernardino Assunçao Sales-clarinete-; Daniel Solís García-fagot- y el trompa Miguel Linares Navarro. Dos obras que darán particular juego, una de ellas por el Ravel de “Ma mère l´oye” (Mamá Oca), un ballet que, con fortuna ha dado un salto desde su condición primigenia a la de una obra de concierto para orquesta, en los programas de temporada por su atractivo. De la misma, pueden elegirse momentos independientes para seguirse en otro tipo de opciones sin perder su gracia y atractivo. La idea la recibirá el músico de un relato de Collette, siempre con su talante “naïf”, y que continúa atrayendo lectores. La idea, como no podía ser menos, tenía un claro destinatario, los hijos de sus apreciados Godebski, Jean y Marie, un entretenimiento que ni el propio Maurice, hubiese sospechado que se convertiría en una de sus composiciones de mayor éxito.

    Un mundo de cuento y ensueños, para el que estaba especialmente dotado, como podremos comprobar en la ”Pavana para una infanta difunta” o en los “Valses nobles y sentimentales”. La raíz estaría en una obra para piano a cuatro manos compuesta a la altura de 1908, una lograda evocación de la infancia, de la que será auténtico maestro, en páginas de la misma como la “Danza de la rueca”, gracejo en forma de “Allegro” o la Pavana de la “Bella durmiente del bosque”, especie de adagio que juega con la recreación de un imaginario mundo dieciochesco que recreaba a su buen entender. Otro de los cuadritos, como no podía ser menos, será “Pulgarcito”, en el que los niños son llevados al bosque umbrío por el leñador, perfectamente sugerido por el tratamiento orquestal.

    Carl Nielsen, con el ”Quinteto para vientos Op. 43”, compositor del danés, nacido en una familia humilde de artesanos en Norre Lyndelse, lugar próximo a la capital. Un género, el camerístico, para el que estaba especialmente dotado, como también en sus obras para el piano, y esta composición, nacerá a la par que su “Sinfonía nº 5”. Un obra en su plantel, para flauta, oboe (corno inglés), clarinete, fagot y trompa. Ejemplo de un perfecto domino de las posibilidades de esta combinación en un trabajo destinado a los miembros del “Quinteto de Viento de Copenaghe”, a los que tenía un aprecio personal tras haberles escuchado en un concierto y en especial por su lectura de Mozart, por lo que la referencia al salzburgués no resulta gratuita. Queda el recurso del amable neoclasicismo “alla Haydn”, naturalizado a su buen entender y que sabrá tratar en el desarrollo de los tres movimientos, partiendo del “Allegro ben moderato”, con uno central que no desmiente las intenciones, el “Minuetto”, con sus detalles jocosos, completando el “Tema con variazioni”.

    Para el miércoles día 12, también en el Paraninfo da Universidade-20´30 h-, un segundo grupo de alumnos, en el que estarán Clara Pedregosa Nieto e Christian Casanova Peral, violines, el viola Vicent Máñez Masià, la chelista Clara Martínez Virreda, de nuevo el clarinetista Bernardino Assunçao, del aula del profesor Carlos Méndez, y el trompa Miguel Linares Navarro, el trompetista Pedro J.Cases Sánchez y Jon Etterbeek, trombonista, quien también es director de aula. Para los alumnos de Carlos Méndez, el “Quinteto Op. 115, para clarinete y cuerdas, en Si m.”, de Johannes Brahms, una de sus cumbres y obra maestra y de rápida evolución, que hace justicia con las pretensiones del hamburgués, mientras disfrutaba de uno de sus apacible retiros en Ischl, en el estío de 1891. Un encuentro con el clarinetista Richard Mühlfeld, valdrá como segura inspiración, de la que surgirá también otra obra camerística. La aventura se verá entrelazada con otra obra sublime, el “Quinteto para cuerdas Op. 111” y que por intenciones, pretendía cerrar un capítulo en su creación musical.

    Este ”Op. 115”, resulta una obra ostensiblemente reservada por su ductilidad y discreción, acunada por una cálida expresividad, que atrae desde el primer movimiento, el “Allegretto”, el resto de los cuatro tiempos llegan como un obsequio de la fortuna previsible. Brahms, efectivamente, estaba tocado por la gracia del genio, que convertirá cada obra camerística en única. La obra con el “trío Op. 114” , fue dada a conocer en audición privada en la corte ducal deMeiningen, con interpretación de su estimado Mühlfeld y el muy respetado violinista J.Joachim, antes de su presentación pública en Berlín, en diciembre de 1891.

    Para los alumnos de Jon Etterbeek, el resto: Oskar Böhm (1870-1938), con el “Preludio y fuga nº1, en Mi b m. Op. 28”, un compositor de vida a golpe de sobresaltos que dividió su carrera entre Alemania y Rusia, país en el que acabará su vida de una forma ingrata, tras pasar los rigores del estalinismo vigente. Había estudiado en el Conservatorio de Leipzig y ejerció como profesional en la orquesta de la Ópera de Budapest, durante los años 1894/6, para seguir en la de San Petersburgo en el Teatro Mariinski. Un catálogo el suyo no muy extenso del que se perdieron bastantes obras y de las que se conservan 46. Ejerció la docencia en el Conservatorio de Vasiliensky , de San Petersburgo y entre el legado de sus obras, destaca el “Trompeten sextett, en Mi b m.”, para metales.

    En medio la “Fuga nº 2, en Do M. BWV 847” de Johann Sebastian Bach, de “El clave bien temperado” (Das wohltempereriete Klavier), pieza de sus cuarenta y ocho dípticos, esa fuga a tres voces, basada en una polifonía trasparente, como pieza tentadora para otras lecturas, como la que recibiremos de Eberhardt Ramm, autor igualmente de realizada sobre la “Sonata trío nº 4, en Sol M.”, de G.B. Pergolesi y que además de sus óperas de excelente aceptación, se le considera por estos trabajos camerísticos fruto de escuela de aprendizaje de violín con F.Mondini y de contrapunto con F.Santi, maestro de capilla en la Catedral de Jesi, antes de trasladarse a Napoli. F.Pulenc, tendrá la “Sonata para trompa, trompeta y trombón”, una encarecida dedicatoria a Raymond Linosser, una abogada y arqueóloga, a la par que melómana y que se desarrolla en Tres tiempos:”Allegro moderato”, distendido y gracioso, con un tema en el que destaca la trompeta. Un “Andante” parsimonioso para entregarse a un “Rondeau” rítmico y animado.

    10 may 2021 / 01:00
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