Ante un nuevo invierno

ESTÁ ahí ya. En la próxima semana se iniciará el invierno y, poco a poco, volvemos a ver como nuestra tierra recibe, de forma generosa, la gracia de las lluvias y lo que fue una perseverante sequía queda atrás. Los campos muestran el esplendor de sus verdes. Los cielos grises nos acompañan en el día a día. Los embalses van, poco a poco, recuperando los niveles debidos.

Al tiempo ese mundo de turistas y peregrinos, que llenaron Compostela y sus caminos, inevitablemente irá disminuyendo, a la espera de mejores tiempos y circunstancias que atraigan, de forma importante, visitantes de todo tipo de orígenes.

Es evidente que la mejora de las comunicaciones nos dispone ante un escenario mejor que antaño pero, en los próximos meses, lo deseable sería, sobre todo, incentivar el turismo interior, contando no solo para ello con lo que Galicia pueda aportar al respecto sino también las comunidades autónomas colindantes y, por supuesto, el norte de Portugal, así como esa Comunidad de Madrid que ahora, gracias a las mejoras en el ámbito del ferrocarril, sentimos más próxima

Es la nuestra una tierra llena de encantos, repartidos entre bellos paisajes, un patrimonio cultural muy estimable y el encuentro con una sociedad siempre afable y hospitalaria. Y ese invierno, ya tan próximo, no debe de retraernos en ir de un lado a otro, en la medida de lo posible, conociéndonos mejor y reconociéndonos en esa identidad galaica que se manifiesta en cada paso andado.

Viajemos por Galicia. Descubramos muchos rincones que, sin duda, nos son desconocidos o, al menos, merecedores de que volvamos a verlos. Está muy bien, por supuesto, viajar a territorios que nos son ajenos, pero es mucho más fácil, y gratificante, hacer ese ejercicio de poner en valor lo próximo; sí, lo nuestro.