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Antonio

Decididamente, las sorpresas no paran de sucederse, unas a otras. Hemos dicho hace muy poco que creemos sinceramente que estamos viviendo una época de oro para las letras no sólo hispanas, sino también universales. Hace unos días, concretamente el miércoles, 22, tuvimos oportunidad de conocer en persona a otro genio, de esos que han de dejarnos una huella indeleble. Presentaba obra. Una novela. Su primera novela, de hecho. Pero, a cuestas, arrastraba ya una justificada fama de dos cosas: de periodista de prestigio, una; de notabilísimo poeta, la otra. Hablaba del mar. Algo que, a lo largo de los tiempos, nos han descrito una veintena larga de narradores magníficos que todos ustedes conocen: Conrad, London, Hemingway, Banville, y un etcétera interminable, con un libro relativamente reciente sobre el tema, pero centrado esta vez en algo muy preciso: en la aventura de la pesca y sus dramas. Se llamaba La tormenta perfecta, que el grandísimo Sebastian Junger describió, y que fue llevada al cine por Wolfgang Petersen, con un brillante George Clooney de prota, y Mary Elizabeth Mastrantonio, Karen Allen, Mark Wahlberg o Diane Lane a la cabeza de un reparto de puro lujo asiático. Pues bien. El genio es Antonio Lucas, trabaja en El Mundo, y acaba de publicar, en Alfaguara, algo que se llama Buena mar, y que es una obra maestra...

GRAN SOL

A alguien que no sea gallego (bueno: o irlandés, o bretón...) le resultará lejano o extraño, y en todo caso difícilmente concebible, ese mundo misterioso de la pesca en el Gran Sol. Todos nosotros gozamos de las excelencias de sus productos, pero, como decía, de no ser uno de esta tierra, raramente alguno alcanzará a adivinar en qué círculo del Infierno habitan los heroicos pescadores que nos proporcionan esos manjares inigualables. Buena mar describe minuciosamente ese entorno. Un periodista madrileño en sus horas más bajas, cargado de problemas que incluyen la inminente separación de su esposa, decide acompañar a esa gente durante una singladura, que ha de extenderse exactamente 21 días. Para ello, habrá de desplazarse a la costa de Cork, en Irlanda, al pueblo de Castletownbere, para enrolarse en el Carrumeiro, un arrastrero vigués, donde permanecerá esas tres semanas de que hablamos acompañado de una tripulación compuesta, en esencia, de gallegos y senegaleses. Con un lenguaje directo, periodístico, y profundamente poético (“Era una de esas noches fieras, cuando el agua se aúpa como un gigante sádico y en las crestas de las olas asoman filas de dientes homicidas...”), Lucas nos narra una de las gestas más grandiosas de los últimos treinta años. Increíble...

27 sep 2021 / 01:00
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