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Caja de Ahorros de Santiago

    “QUIÉN olvida su historia está condenado a repetirla”, frase de George Santayana que figura en la entrada del campo de exterminio de Auschwitz y que ojalá se aplicase al olvido de la que durante cien años fue la Caja de Ahorros de Santiago y de la que ahora se cumplen ciento cuarenta de su constitución, en 1880, y cuarenta de su desaparición, en 1980, al fusionarse con la también extinta Caixa Galicia, que solo pudo mantenerse viva hasta 2010.

    Por la Real Orden de 3 de abril de 1835, el ministro Diego Medrano y Treviño, impulsa la creación de cajas de ahorros. Así es que nacen Caja Madrid en 1838, o, en Galicia, la primera de A Coruña en 1842, liquidada en 1853. Las nuevas cajas de ahorros quedan también vinculadas a los Montes de Piedad, fuesen de creación anterior o de creación simultánea.

    La idea inicial de crear una caja de ahorros en Santiago surge de una propuesta inicial, formulada en 1868, por directivos de la Real Sociedad Económica de Amigos del País (RSEAP), con la misión de constituir una entidad crediticia para favorecer el despegue socioeconómico de Galicia.

    Poco después, en 1878 comienza el proceso de su constitución Vicente Martínez de la Riva, catedrático de la Universidad de Santiago y presidente de la RSEAP, en 1879 se aprueba su reglamento y en 1880 abre al público en dependencias situadas en el convento de San Agustín.

    La caja nacía con un doble objetivo. Promover la economía y el ahorro para socorrer a las personas necesitadas y custodiar y hacer productivas las pequeñas entregas de los imponentes. Al mismo tiempo que se crea el correspondiente Monte de Piedad para “conceder préstamos a módico interés sobre prendas a personas necesitadas” y, según las fuentes, desde sus inicios los alcanzaba.

    Ya a 30 de julio de su balance ascendía a 31.628,50 pesetas en depósitos; 39.045 pesetas en préstamos concedidos por el Monte de Piedad y el número de clientes era de 1.716.

    En 1971 se inauguraría su última sede principal en la esquina de Doutor Teixeiro con Montero Ríos, hoy ocupado por Abanca. Su último director general fue Juan José Hernández y su subdirector general Dictino Maceira. Poco después, en 1976, la caja editaría los 175 Dibuxos de Castelao, que aún conservo.

    Pero la Orden Ministerial de 20 de diciembre de 1979 que regulaba la apertura de oficinas por las cajas de ahorros, autorizaba a abrir libremente nuevas oficinas en el territorio de su nacionalidad o región donde radicase su sede central, supuso la puntilla para la caja santiaguesa. En 1980 se fusionó con la Caja de Ahorros de A Coruña, Lugo y Ferrol, más conocida como Caixa Galicia.

    01 dic 2020 / 00:00
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