Derrota en Afganistán

LA victoria de los talibanes sobre el ‘ejército’ afgano no permite objeciones sorprendiendo la rapidez con que se ha desmoronado todo ese ‘ejército’, rapidez no prevista por ningún país, y tampoco por los servicios de inteligencia de Estados Unidos. Todo esto ha provocado el desorden en la retirada y evacuación de personas que estamos viendo estos días

¿La presencia de Occidente durante veinte años en Afganistán, será arrasada y al cabo del tiempo no quedará ninguna traza de ella? Si miramos lo sucedido anteriormente en ocupaciones temporales por parte de diversos imperios y sus derrumbamientos, observamos que en muchos casos sobreviven sus culturas incluso después de caer derrotados militarmente. Grecia y Roma son dos ejemplos claros de lo que decimos. Su cultura permaneció después de caer vencidos sus imperios. Se puede decir también que algo parecido sucedió con la lucha entre el cristianismo y la Ilustración.

Aparentemente triunfó la Ilustración mediante la revolución francesa y las revueltas que la siguieron; sin embargo, el cristianismo había penetrado de tal manera en la sociedad que el lema triunfante de la revolución: Igualdad, Libertad y Fraternidad es también del cristianismo desde sus orígenes. Este lema es tan importante como el más frecuentemente usado de Fe, Esperanza y Caridad, aunque el primero sea olvidado por ciertos sectores del cristianismo.

Hay también ejemplos de lo contrario, donde la derrota militar supone también la anulación casi total de la cultura de los derrotados. Uno de ellos es la expulsión de los musulmanes después de ocupar la Península Ibérica durante varios siglos. Solo quedan algunos vestigios de su cultura en el lenguaje y en el arte. Otro ejemplo más reciente es Vietnam donde la ocupación, primero francesa y luego americana, apenas han dejado huella.

La clave de que se tienda en uno o en otro sentido puede estar en la medida de penetración de los valores y de la educación de una cultura en la sociedad. En el caso de Afganistán, el grado de implantación de los valores occidentales, incluyendo su tecnología, como es internet, los móviles, la radio y la televisión, son medios muy difíciles de suprimir una vez descubierta su existencia. Hay otros que probablemente en mayor o menor medida quedarán. En estos años ha habido una notable alfabetización de la población, hecho que sin duda aprecia la sociedad y demandará su pervivencia. Otro de ellos es el papel de la mujer y de su liberación de la esclavitud. Los talibanes intentarán pautas anteriores, pero la añoranza de la libertad estará en la mente de casi toda la sociedad.

La libertad de la mujer es la diferencia clave entre el mundo occidental, el musulmán y también otros orientales. En el occidental esa libertad empieza con Jesús y el cristianismo. La dirección de la evolución de la historia indica que esa libertad se irá extendiendo progresivamente por encima de toda clase de trabas e impedimentos.