Santiago
+15° C
Actualizado
martes, 23 abril 2024
16:11
h

El teatro de la política

    ES verdad que la política acostumbra a ser una especie de teatrillo, a veces con protagonistas de escaso talento, pero, en definitiva, un espectáculo. Para muestra, Sánchez e Iglesias, una extraña pareja unida por el interés, algo que era habitual en los matrimonios durante milenios. Por tanto, si reyes, nobles y burgueses acordaban matrimonios sin amor es comprensible y asumible que estos hagan lo propio. Las dotes aportadas por ambos contrayentes son muy cuantiosas. Sánchez ha recibido un reino e Iglesias, junto a sus seguidores, poder y prebendas.

    Los que venían a regenerar la vida política rápidamente se han apuntado al nepotismo y el enchufismo de toda la vida. El cargo no es un servicio público, sino una prestación que se recibe a costa del Estado por el único mérito de haber conseguido el poder.

    En las timbas de tahúres suele haber una víctima a la que desplumar, y si pasados algunos minutos no lo has identificado, lo más probable es que el candidato a primo seas tú. En política sucede lo mismo: si un ciudadano no acaba de distinguir a quién beneficia y a quién perjudica un conflicto es que el conflicto es falso y que unos dirigentes ventajistas se han puesto de acuerdo para timarlo.

    Tras la lamentable actuación de su pareja política, cuestionando la calidad democrática del país, o apoyando al rapero incendiario, han tenido que pasar varios días de graves incidentes, destrozos del mobiliario urbano, quema de vehículos, rotura de escaparates, agresiones a las Fuerzas de Seguridad, para que el presidente Pedro Sánchez condene la violencia.

    El PSOE usa a Podemos, no para dar estabilidad a España, sino para resucitar a su partido. Sánchez se vale de Iglesias aprovechando la estrategia leninista del bolivariano. La verborrea del líder podemita sirve al presidente para construir la imagen del hombre moderado y socialdemócrata que nunca fue, y que usará para justificar cuando le convenga la ruptura de la “coalición progresista”. Dirá que un antisistema es un obstáculo para el desarrollo y la convivencia, y que su sitio no es el Gobierno.

    Pese a todo, esta unión sólo se romperá cuando a Sánchez le convenga, no cuando interese a España. Ese momento será aquel en el que sus asesores demoscópicos confirmen que puede tener una mayoría suficiente para gobernar en minoría, pero en solitario. El divorcio pactado desembocará en una ruptura escenificada, que traerá una campaña electoral de reproches recíprocos, alerta antifascista y un segundo casamiento tras contar los votos si estos no dan para el deseado Gobierno en solitario. Si funcionó una vez, ¿por qué no repetir la jugada?

    De momento que nadie se tema lo peor, sus desencuentros para la galería no significaran separación o ruptura, porque los matrimonios de conveniencia generalmente son indestructibles.

    26 feb 2021 / 01:00
    • Ver comentarios
    Noticia marcada para leer más tarde en Tu Correo Gallego
    Tema marcado como favorito